Sue Bird: «Mi trabajo es que todo parezca fácil»

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 Allá donde va le acompaña su sonrisa. Disfruta de cada segundo del entrenamiento, busca la complicidad con las más jóvenes y conversa con cada una de sus compañeras. Luego camina serena, atendiendo con estoica generosidad a quién solicita una palabra suya. Sue Bird es pura felicidad.

Álvaro Paricio
 @Alvaropc23
ACB.COM

La legendaria base de Seattle Storm y la selección de Estados Unidos, simplemente, vive el momento. El 16 de octubre cumplirá 38 años, y vive un momento inmejorable tras ganar la WNBA. “Ganar el tercer título a esta edad es algo que no olvidaré”, nos confiesa. Además, en esta Copa del Mundo está haciendo historia al convertirse en la primera jugadora en competir en cinco mundiales. Ya nada le pilla de nuevas. “Cuando vas viendo que tu carrera se acaba miras atrás y entiende todo el duro trabajo que te llevó jugar hasta casi los 40 años y pones el foco en cuidarte y dedicarle el tiempo necesario. No es fácil, pero ahora sólo quiero ser capaz de dar el máximo nivel de mi juego, ser consistente y estar sana para seguir el máximo tiempo posible”, comenta. Sue es leyenda porque ningún jugador o jugadora de baloncesto tiene mejor palmarés que ella en una Copa del Mundo: tres oros y un bronce son los recuerdos tangibles que lucen en las vitrinas de su hogar, los recuerdos de estos 16 años se amontonan en su memoria personal.

La historia de Sue Bird en los mundiales comenzó en 2002 cuando apenas tenía 21 años. Acababa de ganar su segundo título de NCAA con la Universidad de Connecticut y ser elegida con el número uno del draft por Seattle. Ya era una estrella en el país, pero entonces el baloncesto era otro y la que hoy es su entrenadora, Dawn Staley era la que llevaba el control y los minutos del equipo. En China aprendió lo que cuesta ganar un oro (79-74 a Rusia) nada parecía tan fácil para Estados Unidos, pero fue cuatro años después, en Brasil cuando comprendió lo difícil que podía ser el deporte. Allí estados Unidos perdió en semifinales contra Rusia; una fecha que lo cambió todo para las norteamericanas. “De alguna manera, la derrota en Brasil ha hecho que estemos ahora donde estamos. A veces tu mayor victoria es una derrota”, nos asegura. La base reflexiona sobre cómo perder en aquella Copa del Mundo cambió la mentalidad de las americanas y cómo ahora afronta de manera distinta cada torneo. “Creo que entendimos como equipo lo difícil que es este tipo de torneo. Ahora entramos a cada torneo sabiendo la dificultad que supone. Cada torneo es diferente hay nuevos equipos, nuevas jugadoras y hemos entendido que debemos conjuntar las piezas lo más rápido posible y saber competir. ¿No lo hicimos en Brasil? No pasa nada”

Desde entonces han encadenado 43 victorias seguidas en torneo oficiales y están en cuartos de final de la Copa del Mundo con una mezcla de sensaciones. “Obviamente estamos felices porque es mejor tener tres victorias que tres derrotas, pero no creo que estemos contentas con nuestro juego. Estamos construyendo el equipo y sé que vamos a ser mejores porque apenas tuvimos tiempo para preparar el torneo. En cada sesión de tiro, en cada entrenamiento y cada partido vamos a ser mejores, así que diría que estamos contentas pero no satisfechas”, cuenta.

Nadie piensa que Estados Unidos no repita título y consigue de manera consecutiva su tercer cetro mundial. Empero, Sue Bird se muestra cautelosa de los pronósticos y analiza cómo el baloncesto mundial está creciendo y haciendo que todo sea más imprevisible en este tipo de campeonato. “Jugando contra Senegal, China, viendo el partido de Nigeria contra Turquía sientes que todo está muy igualado. El baloncesto global está creciendo y en la Copa del Mundo están las 16 mejores selecciones. Cualquiera te puede ganar pero, por supuesto, hay grandes tradiciones baloncestística como Australia, Francia, España o Canadá que son aspirantes a todo… aunque cualquiera puede ganar a cualquiera”, señala. Pese a todo Estados Unidos tiene una profundidad de plantilla incomparable por cantidad y calidad (Sue descansó en el partido contra Letonia) y no parece tener puntos débiles. De tenerlos, Sue no suelta prenda. “Lo tenéis que descubrir vosotros mismos” dice entre risas.

(Foto FIBA)

Un regalo inesperado e imborrable

La felicidad que transmite Sue Bird está justificada. Todavía está con la resaca de ganar su tercer título de WNBA. Después de ocho años lejos de sequía, esta temporada reconoce que se llevó una inesperada alegría. “Ganar la WNBA fue increíble, es la mejor liga del mundo. Todo el mundo que la ha jugado entiende lo duro que resulta ganarla. Este año, además, fue complejo por la Copa del Mundo; tuvimos muchos partidos en poco tiempo”, señala mientras reconoce que “el equipo desde el primer día funcionó muy bien, pudimos realizar nuestro juego y Stew (Breanna Stewart) estuvo fantástica y fue la MVP”

Tras formar durante años una pareja mítica con Lauren Jackson, Sue Bird ha encontrado en Breanna Stewart la pareja ideal. Una jugadora llamada a cambiar el baloncesto moderno y a la que no duda en elogiar. “Es fácil Stewart es una de esas jugadoras que hace que todo parezca fácil. Es muy versátil, hace el juego sencillo y creo que podría jugar hasta de base. Puede ocupar cualquier posición de la pista. Yo simplemente trato de darle el balón en la mejor posición posible, jugar bien el pick and roll y, de verdad, siento que la química entre las dos está creciendo constantemente”, comenta.

Sue Bird vive de ello. La líder histórica en asistencias de la WNBA ha construido su carrera haciendo felices a las demás jugadoras. Tanto en Seattle como en la selección su misión sobre el parqué es que otras brillen y, visto lo visto, parece una tarea fácil. “Sí ¿Lo parece? Puedo pasar a cualquiera, ¿verdad?”, bromea. “Bueno es mi trabajo. Yo hago bien mi trabajo si todo parece que sea fácil. Tengo que poner el balón donde las jugadoras lo quieren y simplemente esperar que ellas anoten”. Desde luego que su carrera personal y curriculum le avalan esta labor.

Cuando todo termine la Copa del Mundo Sue Bird piensa tomarse un largo descanso, desconectar del baloncesto y recargar pilas, porque el Carpe Diem de Sue todavía no ha dicho basta. Ya ha prometido que regresará a jugar su decimoséptima temporada en la WNBA con Seattle. Es feliz jugando al baloncesto y el baloncesto se disfruta más con ella en pista.