1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9… ¡y 10! ¡El Real Madrid, campeón de la Euroliga!

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 Los de Laso tocan el cielo en Belgrado tras superar por 85-80 al Fenerbahçe. Los puntos de Causeur (17), la defensa de Tavares (15 val.), la solidez del MVP Doncic (17 val.) y un palmeo ganador de Thompkins bien valen la Décima.

Daniel Barranquero
 @danibarranquero
ACB.COM

La Décima es blanca. Europa es blanca. El Real Madrid vuelve a ser el campeón.

El conjunto entrenado por Laso completó su particular cuento de hadas, en una temporada con mil y un problemas físicos, para recuperar la corona continental, venciendo en la final de la Euroliga al Fenerbahçe de un Obradovic que vendió bien cara su derrota.

Con Luka Doncic como MVP, inspirado por los puntos de Causeur e impulsado por la torre Tavares, el campeón supo esperar su momento (38-40, D) para darle un zarpazo al duelo, con un palmeo letal del heroico Thompkins como imagen icónica de la gloria madridista. Sufrida, la Décima supo mejor.

Carácter es Rudy

Belgrado era Estambul. En un instante, la cámara se fijaba en cuatro aficionados madridistas rodeados por cientos de seguidores del Fenerbahçe Dogus, mayoría desde el arranque de la Final Four. Valientes, bravos, elevaban sus bufandas al viento en un pabellón estrenado una década después de lo previsto, cuando la Guerra de los Balcanes y de Kosovo ya eran pasado. Laso sonreía nervioso, con la mirada perdida, como si repasara justo antes del encuentro todo lo que había sufrido su Real Madrid durante la temporada en cuanto a lesiones. Como si supiera que, al igual que esos cuatro aficionados, su equipo iba a volver a ser gigante, silenciando con su baloncesto el ambiente infernal de esa Estambul desplazada. Dos horas y diez minutos más tarde, el único ruido sería de color blanco.

Duvrioglu nació en Turquía y se crió en Jordania. De luchar por títulos con la camiseta del A.S.U. de su país a jugar a los 22 en la segunda divisón turca, antes de que el Fenerbahçe supiera ver en él futuro. Probablemente, ni el más optimista hubiera imaginado entonces que algún día sería titular en una finalísima europea, anotando 8 puntos para estrenar el duelo. Excelentemente secundado por Kalinic, la estrella jordana lideró el gran inicio de un Fenerbahçe que solo encontró réplica en el monólogo de Doncic (6-11, m.5).

El esloveno, con aroma a MVP desde el primer minuto, tuvo que contagiar a los suyos para cambiar una dinámica peligrosa que recordaba al duelo contra el CSKA, mas el guion fue muy diferente. Y sí, los tiros libres seguían en el limbo, si bien Causeur aparecía desde el 6,75, el gancho de Ayón no encontraba oposición y Rudy anotaba un triple en carrera (15-15, m.8).

Por momentos, la impresión es que había 4 o 5 Rudys en pista. Barra libre de defensa, anticipación, robos, rebotes, asistencias. Si las finales son una cuestión de carácter, el trofeo llevaba su nombre, algo que confirmaban Llull y Randolph con dos bombas exteriores para cerrar el primer periodo (21-17) en plena catarsis colectiva. El plan de Laso funcionaba.

La promesa de Melli

«Chapu nos dijo que había que jugar con el corazón y con algo más», exclamaba Fernández pocas horas antes, un mensaje tatuado en cada jugador que saltaba a pista. Robaba Rudy, machacaba Taylor y Tavares empezaba a intimidar, con el parcial creciendo hasta el 19-6 (25-17, m.13) antes de la demoledora irrupción de Melli.

Cuántas veces sonó su teléfono durante el verano, entrevistas personales incluidas. A veces era el Madrid, otras la misma NBA. Su destino cruzó el Bósforo. «Siempre fue mi sueño jugar en la NBA y no fue sencillo decirle que no, pero primero quiero ganar la Euroliga con el Fenerbahçe», afirmó nada más fichar por el gigante turco. Todo un año esperando un partido. Toda una vida esperando un trofeo. Sus ganas reflejadas en el parqué. Su baloncesto reflejado en puntos.

Siete consecutivos para cortar la racha de su rival (27-24, m.14) y los cuatro siguientes para equilibrar un encuentro con serios visos de romperse poco antes (31-30, m.17). Resultaba paradójico, porque el Real Madrid ofrecía una versión con menos destellos que contra CSKA pero mucho más sólida y constante, lejos de la montaña rusa. Y, sin embargo, el ritmo marcado por Obradovic parecía tener más peso. Su equipo, a base de defensa y tiros libres, encadenó a cámara lenta otro 0-7 para recuperar el mando y Sloukas, justo antes del bocinazo final, estableció desde el 6,75 un 38-40 que sabía a victoria por lo visto en los dos primeros periodos. ¿Y si la tan cacareada Décima iba a ser de Zeljko?

El grito de Causeur

La Final Four de 2017 todavía estaba en el ambiente. Enfrente no estaba Udoh, enfrente no imponía temor Bogdanovic, mas el banquillo, el escudo y los colores seguían pidiendo venganza. A Causeur se lo tuvieron que explicar muy bien pues el mensaje quedó claro. Hace un año, cuando aterrizó con doblete y MVP bajo el brazo, sorprendió declarando que de niño soñaba con alcanzar a la Pro-B francesa y ahora no se podía conformar con llegar a la más selecta élite. «Es la guinda del pastel, aunque no vine aquí solo para decir que jugué en el Real Madrid, ahora tengo otras ambiciones. Los títulos se jugarán al final de temporada y ahí… estaré en plena forma».

Fue él, fue Reyes. Uno anotando de lejos, otro fajándose en la zona con los mismos ingredientes con los que lleva dos décadas provocando onomatopeyas grandilocuentes para expresar su garra. El conjunto español arrancó con un 7-0 que, sin saberlo aún, le acabaría dando el mando del encuentro para siempre. Por momentos, como si desaparecieran los 16.967 espectadores de la grada y los otros ocho jugadores en pista al mismo tiempo, el choque era un cara a cara entre Causeur y Melli, con incursiones de Felipe para decantar la balanza (52-48, m.25).

Doncic, con medio mundo mirando con lupa cada una de sus acciones, volvía a emerger con un triple y Tavares hacía mucho más daño a su oponente que lo que cualquier estadística pudiera medir, si bien el cuarto era de Causeur. El de la ambición, la estrella silenciosa que, cuando decide gritar, deja sordo al más osado. Y gritó, vaya si gritó. Un triple para la máxima (59-52, m.28), un robo para cerrar el periodo (63-55). Un grito para ganar la Euroliga.

Thompkins escribe otra leyenda

Hay partidos y partidos. Hay títulos y títulos. Hay finales y finales. Esta, una de esas que inspiran grandeza desde la previa, que resumen leyendas con el paso de los años. Esas leyendas que olvidan si el partido fue más o menos lento y solo recuerdan la emoción, la épica, las lágrimas del epílogo. Y es que no hay título sin antagonista, no hay celebración sin anti-héroe. El disfraz lo llevaba Melli, otros 5 puntos entrelazados para inspirar miedo justo antes de otra de las jugadas del choque, un triple de Carroll para el +10 (71-61) a seis minutos del éxtasis. Parecieron seis horas, como seis los metros de un Tavares tan impotente para su oponente como Udoh en el bando contrario un año antes.

¿Alguna vez aparentó ser más alto que en Belgrado? ¿Algún día todos los contrarios le temieron más? Bueno, casi todos. Y es que otros 5 puntos encadenados de Melli, de racha en racha, impedían el alirón blanco (74-67, m.38), algo que dio alas al Fenerbahçe Dogus. Como al final del segundo cuarto, los turcos se metieron en el encuentro desde la línea de personal. Defensa agresiva, alguna duda rival, 5º falta de Doncic tras varios puntos clave del esloveno y un triple de Wanamaker al más puro estilo Rice vestido de Maccabi para dejarlo todo en el aire a falta de 38 segundos: 81-78.

Todo título necesita su momento, su imagen icónica para la crónica, su cacho de historia para el vídeo. Su recuerdo para que los años no pasen. Esta llegó de la forma más insospechada, a 18 segundos del confeti. Causeur falló el primer tiro libre. El segundo siguió su camino. Entonces, Europa se paró mientras Thompkins volaba para volver a ser el salvador blanco. El Robert Horry de Goya. El palmeo que vale un título, celebrado como nunca en el banquillo madrileño. El 85-80 ya inamovible. El inicio de la fiesta del campeón continental.

Belgrado ya era Madrid. El ruido cambió de color. El trofeo cambió de manos. Tres años después de su último entorchado, 38 más tarde del última Copa de Europa allende Pirineos. Otro diamante en la joyería Laso -4 finales en 6 años, 2 Euroligas para toda la vida-, otra pieza más en el museo del Real Madrid. 4 Saportas, 1 ULEB, 1 Korac y 10 Euroligas. 16 títulos para presumir, 16 historias que contar desde el bocinazo final hasta la misma eternidad.

El que estuvo lesionado, el que se recupera en silencio. El que supo suplir las ausencias, el que supo volver a tiempo. A grandes infortunios, grandes epopeyas. Lloró el aficionado, lloró el jugador. Lloró de alegría un club que engrandecía lo ya grande, mientras Doncic le añadía las tres letras más preciadas a su propia serie de dibujos animados, tan de ficción que es real. Como Real es la Décima. Una corona con diez lados, un decágono soñado. El Real Madrid, rey de Europa. 

REAL MADRID 85
N Nombre Min P T2 T3 TL R.T. RD RO AS BR BP TF TC FP FR VAL
1 CAUSEUR, FABIEN 24:23 17 1/3 3/3 6/8 2 1 1 2 1 1 1 0 1 4 21
3 RANDOLPH, ANTHONY 11:42 3 0/1 1/1 0/0 1 1 0 0 0 0 0 0 1 0 2
5 FERNANDEZ, RUDY 19:07 5 1/2 1/4 0/0 5 5 0 3 3 1 0 0 1 0 10
7 DONCIC, LUKA 28:41 15 2/4 1/4 8/10 3 3 0 4 1 2 1 0 5 7 17
9 REYES, FELIPE 15:22 6 2/4 0/0 2/2 3 2 1 0 1 0 0 1 2 5 10
11 CAMPAZZO, FACUNDO 09:07 0 0/0 0/0 0/0 1 1 0 0 0 1 0 0 2 0 -2
14 AYON, GUSTAVO 14:35 4 2/4 0/0 0/2 2 1 1 1 0 1 0 0 3 2 1
20 CARROLL, JAYCEE 13:27 9 1/2 2/5 1/2 0 0 0 0 0 1 0 0 0 1 4
22 TAVARES, WALTER 21:31 8 3/3 0/0 2/2 5 3 2 2 1 1 1 0 4 3 15
23 LLULL, SERGIO 12:02 5 1/4 1/3 0/0 0 0 0 2 0 1 0 0 5 0 -4
33 THOMPKINS, TREY 15:26 10 2/2 0/1 6/6 5 3 2 1 1 1 0 0 1 4 18
44 TAYLOR, JEFFERY 14:37 3 1/3 0/0 1/2 3 1 2 1 0 1 0 1 1 1 2
  Total   85 16/32 9/21 26/34 30 21 9 16 8 11 3 2 26 27 94

 

FENERBAHCE DOGUS ESTAMBUL 80
N Nombre Min P T2 T3 TL R.T. RD RO AS BR BP TF TC FP FR VAL
1 THOMPSON, JASON 04:30 0 0/1 0/0 0/0 0 0 0 0 0 0 1 0 1 0 -1
4 MELLI, NICOLO 34:41 28 7/10 4/6 2/3 6 5 1 1 0 2 0 0 4 4 27
10 MAHMUTOGLU, MELIH DNP 0 0/0 0/0 0/0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
11 WANAMAKER, BRAD 27:15 14 2/7 0/1 0#/11 5 2 3 5 3 1 0 2 2 10 25
16 SLOUKAS, KOSTAS 28:53 7 2/3 1/3 0/0 1 1 0 4 0 3 0 1 2 0 3
21 NUNNALLY, JAMES 07:20 0 0/1 0/0 0/0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0
23 GUDURIC, MARKO 09:19 0 0/1 0/2 0/0 1 1 0 2 0 0 0 0 1 0 -1
24 VESELY, JAN 23:16 3 1/4 0/0 1/2 5 2 3 2 0 2 0 0 5 2 1
33 KALINIC, NIKOLA 20:20 7 2/5 1/3 0/0 3 2 1 1 0 3 0 0 2 3 4
35 MUHAMMED, ALI 12:59 7 1/1 1/3 2/2 2 1 1 1 1 0 0 0 1 6 14
44 DUVERIOGLU, AHMET 08:26 8 4/4 0/0 0/0 1 1 0 0 0 0 1 0 4 0 6
70 DATOME, LUIGI 23:01 6 2/2 0/2 2/2 2 2 0 0 0 1 0 0 5 1 1
  Total   80 21/39 7/20 17/20 26 17 9 17 4 12 2 3 27 26 79