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JON LARRAURI (BILBAO) PERIÓDICO DEIA

– “Tengo que ser optimista y soy optimista, pero estoy preocupado”. Veljko Mrsic tira de sinceridad cuando se refiere al momento por el que atraviesa el Bilbao Basket, cuyo entorno se encuentra en fase de bajón tras la dura derrota en Zaragoza, que vuelve a acercar el fantasma del descenso. “Hemos visto muchas caras de este equipo, por lo que la gente no puede decir que es optimista al 100%”, reconoce el preparador croata. Su mayor inquietud radica en la incapacidad del grupo a la hora de trasladar las buenas sensaciones de los entrenamientos a los partidos, donde “nos falta continuidad”. “Por eso estamos un poco preocupados: damos un paso adelante pero nunca dos, volvemos atrás. No arrancamos. Hacemos lo posible para mejorar, pero no tenemos continuidad en el juego, no solo de semana a semana sino también dentro de los partidos”, lamentó ayer en los micrófonos de Radio Bilbao.

Mrsic es el primero que se reconoce aturdido por los bajones de rendimiento que sigue sufriendo su equipo. “Veo una mejoría en la defensa, pero todavía no hemos visto la intensidad y la energía que ponemos en los entrenamientos. Por ejemplo, el viernes la primera hora de entrenamiento fue impresionante, pero luego no lo llevamos a los partidos, no sé cual es la razón. Puede que sea una cuestión de calidad, que te acompañen los resultados y te den confianza… Hubo un momento en el que estuvimos muy bien, hasta el partido del Joventut, luego se lesionó Gladness y en el partido ante el Obradoiro, tras un gran primer cuarto, nos hundimos. Creo que es una mezcla de hábitos y confianza. En Zaragoza, en el primer cuarto, tuvimos cinco tiros liberados, con Neal y Bellas hundiéndose en defensa y dejándonos tirar, y no metimos. Estábamos 10-10, bien en defensa, pero fuimos perdiendo confianza en ataque y acabaron llegando los tres o cuatro minutos en los que jugamos mal en ambas canastas”, afirmó.

Mrsic consideró que, por encima de todo, existe una premisa para que los resultados mejoren: “Tenemos que estar más unidos, hacer más piña, olvidarnos de aspectos individuales y hacer lo necesario para lograr la permanencia”. No quiso extenderse sobre las carencias del grupo que dirige porque “hay que sacar lo máximo de los jugadores que tenemos. Ellos trabajan bien, quieren mejorar, pero no es fácil hacerlo en dos o tres meses. Partidos como el del Betis demuestran que este equipo puede jugar bien, pero falta continuidad. De repente, empezamos a botar mucho, a parar el balón… Cuando hacemos eso no podemos jugar porque no tenemos calidad para coger la bola y jugar uno contra uno o uno contra dos y sacar ventajas”.

Sobre su continuidad: “Bilbao me gusta;me gusta todo lo que he visto aquí pero no es el momento de hablar de esto. Lo primero es el Bilbao Basket y tenemos que estar centrados en objetivos de equipo”.