«Si juegan como entrenan… ¡ganarán!»

.

Intensidad, fuerza, ganas, ambición, ilusión, profesionalidad…

Si el Iberostar Tenerife juega este domingo como ha venido entrenando en estos días, la victoria ante el Morabanc Andorra subirá al casillero. Ya Katsikaris mostró su agradecimiento al grupo por el trabajo bien hecho a lo largo de estos días, ya con los internacionales ejercitándose con el resto del plantel.

Está claro que nada garantiza el éxito pues en 40 minutos de juego puede suceder de todo, incluido un pésimo arbitraje. Pero lo normal, viendo el compromiso de los guerrilleros aurinegros y la ilusión con la que han regresado de las «ventanas FIBA» los Vázquez, Beirán, San Miguel, Ponitka, Allen, Borg y Mads Bonde Stürup, es que las sensaciones frente al Morabanc Andorra sean las mismas y les permitan desarrollar ese baloncesto efectivo que nace en una seria defensa, poder reboteador y un ataque eléctrico y mortal de necesidad.

«Estoy muy contento con el trabajo del grupo y estoy seguro que las cosas nos van a salir bien», puntualizó el entrenador en sala de prensa. Palabras que invitan a soñar con cosechar la décimo segunda victoria y, si fuese posible, por más de 10 puntos para así superar el -10 (58-48) de la primera vuelta, importante para el basket-average particular.

Fran Vázquez está que se sale, viviendo su «tercera juventud» con la selección nacional y desarrollando un juego espectacular, donde la intimidación en la «pintura» se da la mano con su efectividad y ayudas en los bloqueos, las asistencias o ese tiro suyo de cuatro metros que vuelve a encontrar el camino de la cesta rival. Y con el gallego un Mike Tobey inmenso, autor en la Copa del Rey de un colosal partido frente al Valencia Basket, con su defensa, sus tapones, sus mates y buena colocación…

En la dirección del juego Rodrigo vive de nuevo un momento dulce que le ha llevado a la internacionalidad, asistiendo, entrando hasta la cocina para anotar o doblar al exterior… Ferrán Bassas ha adquirido esa madurez que le hace sentirse muy cómodo en la ACB, con un un tiro de tres que es efectivo, su concentración en defensa… La ayuda en facetas de control que brinda Davin White, controlando el balón con veteranía y protagonizando también entradas a canasta tras un cambio de ritmo mortal para el defensor…

En posición de aleros brillan Ponitka, intenso, impresionante cambiando de velocidad para abordar la canasta para buscar el 2+1; Javi Beirán demostró con España que no ha perdido su olfato desde el 6,75, con aquél memorable 4/4 frente a Bielorrusia, además de ser un jugador muy aplicado en defensa y en las ayudas en el rebote… Kostas Vasileiadis está que se sale atrás y arriba, con su defensa asfixiante y su fantástico «recibir y enchufar» desde la raya… 

En el poste Tim Abromaitis fue determinante en la victoria histórica ante el Valencia Basket en la Copas del Rey, con su poderío reboteador ofensivo y su efectividad en el tiro, con un Rosco Allen llamado a dar ese salto de calidad que tuvo en Obradoiro y que vendría a las mil maravillas en los minutos de relevo de Tim…

Solo falta, para disponer de una plantilla capaz de tutear a cualquier rival, que Tobias Borg termine de acoplarse al juego aurinegro (si no mejora seguro que dejará su plaza al lesionado Josh Akognon) y que Niang «Petit» saque su mejor versión y aproveche los minutos que le puedan permitir Fran y Mike.

Como habrá comprobado el aficionado, un cocktel, el aurinegro, perfecto para afrontar con las máximas esperanzas los últimos 14 partidos de Liga ACB y las eliminatorias de la Champions League. Habrá altibajos en el juego, claro que sí, pero seguro que la garra y el corazón jamás permitirán que los hombres de Katsikaris bajen los brazos.

El jugador número 6 tampoco falla

Y si ellos, los protagonistas, están dispuestos a «morir matando» por cada triunfo, sin mirar el escudo en la camiseta del rival, los que jamás fallarán serán esos cerca de 5.000 fieles que acuden al Santiago Martín para arrimar el hombro y tratar, siempre bajo la batuta de las peñas San Benito y Frente Los Pollos Amarillos, de convertir la «catedral» del baloncesto tinerfeño en un «infierno». Repetir los éxitos de la 16/17 es viable. La armonía es real. Solo queda lanzar el balón al aire y luchar al máximo para alcanzar los objetivos. Nadie ha dicho que sea fácil, pero tampoco hay constancia de que sea imposible.