La Victoria implica a la población en la sensibilidad medioambiental a través del compostaje

Un proyecto formativo-laboral permite la creación de un punto de aprovechamiento comunitario de los residuos orgánicos para la elaboración de abono ecológico

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El Ayuntamiento de La Victoria de Acentejo lleva tiempo trabajando en la sensibilización medioambiental y el aprovechamiento de los residuos orgánicos por parte de los vecinos y vecinas del municipio. Con este fin, puso en marcha, junto al Cabildo de Tenerife, el proyecto ‘Creación de un punto de compostaje comunitario’, en el que participan 21 personas que reciben formación y adquieren experiencia laboral remunerada en este ámbito.

El alcalde victoriero, Juan Antonio García, subraya que “este ayuntamiento está firmemente comprometido con la sostenibilidad ambiental y el cuidado del entorno”. “En este caso -añade-, hablamos del aprovechamiento de los restos orgánicos para la elaboración de compost que se destinará a uso comunitario”. “Ganamos todos, ya que esto permitirá al Ayuntamiento ahorrar en la compra de abonos para las zonas verdes y jardines municipales, y los vecinos y vecinas podrán llevarlo a casa para abonar sus plantas y cultivos domésticos. Pero, sobre todo, ganará el medio ambiente, al derivar menos basura y evitar el uso de fertilizantes químicos que dañan la tierra, todo ello resta contaminación”.

A través de este programa se están construyendo tres composteras municipales -una de ellas ya está terminada y operativa-, donde a partir de esta semana los vecinos y vecinas que lo deseen pueden depositar sus residuos orgánicos. Por el momento, un total de 63 familias victorieras ya se han sumado a esta iniciativa, “pero esta cifra irá aumentando conforme se da a conocer el proyecto a través de las distintas actividades de divulgación que se están llevando a cabo de manera paralela”, apunta el regidor local.

Asimismo, ya se están entregando los cubos para el depósito de los residuos en casa, a la vez que se realizan sesiones explicativas sobre qué es el compost, para qué se utiliza, y qué restos orgánicos separar para su elaboración, además de indicarles cómo es el funcionamiento del área de lombricompostaje. Igualmente, se están llevando a cabo actividades de sensibilización ambiental en los centros educativos, como talleres sobre la correcta separación de residuos y charlas sobre la función de las lombrices o la importancia de las mariposas canarias.

El programa se desarrolla en la finca El Pinar, en una superficie de 500 metros cuadrados, donde se han habilitado tres espacios diferenciados: el área de Lombricompstaje -donde se ubican las tres grandes composteras municipales-, un huerto comunitario de hierbas aromáticas y una zona de recuperación de la vegetación del bosque termófilo. Estos dos últimos espacios complementan la función sensibilizadora del proyecto. Por un lado, el huerto servirá para crear el necesario sentimiento comunitario y de participación ciudadana, pues cualquier persona que lo desee podrá tanto sembrar nuevas plantas aromáticas como llevarse a casa las que necesite.

Por otra parte, la recuperación de vegetación del bosque termófilo ayudará a recobrar la desaparecida biodiversidad de la zona, atrayendo insectos polinizadores que contribuyan al crecimiento de nueva flora autóctona y, con ello, a lograr un mayor equilibrio del entorno, lo que favorece el control de plagas.

Por tanto, junto con la creación de las composteras comunitarias y los espacios sostenibles anexos, la finalidad de este proyecto es concienciar y sensibilizar a vecinos y vecinas sobre la importancia y beneficios de hacer un aprovechamiento de los residuos orgánicos a través del lombricompostaje. “Por ello -explica el alcalde-, el programa lleva aparejado un proceso de participación vecinal, responsable y voluntario por el que las familias participantes adoptan un estilo de vida más sostenible, saludable y respetuoso con el medio ambiente y que esperamos tenga un efecto multiplicador”.

Para el logro de todos estos fines, el proyecto está integrado por educadores medioambientales, albañiles, peones agrícolas y de la construcción. De esta manera, los participantes trabajan en la puesta a punto de las tres composteras, el mantenimiento del huerto y la plantación de la vegetación autóctona, al mismo tiempo que se realizan las acciones de participación ciudadana y sensibilización ambiental. Paralelamente, reciben formación en materias como la elaboración y utilización del humus de lombriz, botánica básica, dinamización comunitaria, entre otras.

Esta iniciativa, que se halla en consonancia con el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) a nivel local, cuenta con un presupuesto de 263.739 euros, que son sufragados por el Cabildo de Tenerife, además de contar con una aportación municipal de 6.748 euros. El programa, que comenzó en el mes de agosto, tiene una duración de ocho meses, aunque la formación se extenderá hasta 14 meses.