El presidente de Francia, Emmanuel Macron, defendió este martes la supresión parcial del llamado Impuesto Sobre la Fortuna (ISF), que afecta a los más ricos del país, una de las medidas más denostadas por el movimiento de los llamados "chalecos amarillos".

Durante el lanzamiento del gran debate con el que pretende recolectar las quejas de los franceses que han provocado las protestas de ese colectivo, Macron negó que la reinstauración de ese impuesto, que él eliminó parcialmente tras su llegada al Elíseo, vaya a mejorar la vida de los ciudadanos.

"No deben contarse mentiras. Si pusiéramos el ISF como estaba hace año y medio no mejoraría la vida de ni un solo ''chaleco amarillo''", aseguró Macron en la localidad normanda de Grand Bourgtheroulde ante medio millar de alcaldes de la región.

Al contrario, aseguró que si rectifica su decisión evitará los efectos que perseguía, que eran el retorno de las grandes fortunas que se habían exiliado para dejar de pagarlo.

El presidente de Francia dijo que el debate sobre ese impuesto "no es tabú", pero recordó que su supresión parcial era una de las medidas estrella de su programa electoral con el que ganó las presidenciales en mayo de 2017.

Además, recordó que fue votada por los diputados, por lo que consideró que debe mantenerse.

"A quienes dicen que restablecer el ISF es más justo yo les pregunto: ¿se vivía mejor antes? Pues no. Muchos problemas de los que me hablan hoy no estaban solucionados", aseguró.

Macron reformó el ISF para que solo se pague por las fortunas inmobiliarias, las únicas que no pueden sacarse del país, y lo retiró para el resto, con el objetivo de que regresen capitales al país.