Los cuatro acusados del robo en un museo de Berlín de la mayor moneda de oro del mundo, de 100 kilos y un valor nominal de un millón de dólares canadienses, negaron hoy haber cometido ese delito en la primera sesión del juicio por este espectacular caso en la Audiencia Provincial de la capital alemana.

La moneda, sustraída en la noche del 27 de marzo de 2017, nunca ha aparecido y los investigadores consideran que probablemente fue troceada, fundida y vendida.

La moneda fue elaborada en 2007 por la Real Casa de la Moneda de Canadá dentro de una serie de solo cinco unidades, era de oro puro al 99,999 %, con el perfil de la reina Isabel II en una de sus caras y tiene un valor material de 3,75 millones de euros.

Los cuatro acusados, de entre 20 y 24 años, guardaron silencio ante el tribunal y fueron sus abogados quien negaron los cargos y argumentaron que la fiscalía no ha presentado pruebas determinantes contra sus defendidos.

La fiscalía asegura, por su parte, que tres de los detenidos -presuntos miembros de un conocido clan criminal- irrumpieron de madrugada en el Museo Bode a través de una ventana gracias a una escalera de mano, siguiendo las indicaciones que les había dado el cuarto acusado, que trabajó como vigilante en la institución.

A continuación, rompieron la vitrina donde se encontraba la moneda y, encapuchados, la sacaron del museo con una carretilla, para huir a continuación por las adyacentes vías del tren de cercanías, como quedó registrado por las cámaras de seguridad de la estación de Hackescher Markt.

Los sospechosos fueron detenidos en julio en el marco de una amplia operación policial en la que se registraron varios inmuebles, entre ellos una joyería, y en los que las fuerzas de seguridad se incautaron de grandes cantidades de efectivo, armas y cinco vehículos.