García Escámez se echó a la calle. Ayer, día 24 de octubre, se cumplía un año desde que el pequeño Dereck y su hermano Evans fueran atropellados en un paso de peatones cuando iban al colegio del barrio. El resultado final de este lamentable incidente protagonizado por una joven de 28 años que atiende a las iniciales P.M.G.B. y que estaba bajo los efectos de las drogas mientras conducía su vehículo, fue el de la mayor desgracia que pueden afrontar un padre y una madre, el triste fallecimiento del niño Dereck, de 4 años de edad, tras tres meses de luchar por su vida en el HUC.

"Ningún padre debería ver enterrar a un hijo" o "ese hombre ya está muerto en vida" fueron parte de las frases más escuchadas por las más de 100 de vecinos que quisieron estar al lado de Jack Fandoh, padre desconsolado al que le costaba entablar una frase seguida ante la emoción del recuerdo de su hijo y el apoyo de familiares, amigos, la comunidad educativa del CEIP García Escámez y vecinos del barrio.

El punto de encuentro fue el mismo que acabó con la vida de Dereck, el paso de peatones de la carretera general de El Rosario, en su intersección con la calle Marrero Torres, en el que fueron atropellados fatalmente los niños.

Jack admitía pasar por un momento en el que su mente estaba en blanco, mientras que sus familiares y amigos reconocían tener rabia, no solo por lo sucedido, sino "por la lentitud de una justicia que parece que no es justicia" y la poca implementación de medidas de seguridad para evitar que se sucedan otros accidentes.