Coqueta línea, en madera y detalles de bronce, quehace volver las miradas. El "Halcón" regresa a su casa, la bahía santacrucera, donde reposa tras su azarosa vida.

Esta balandra de dos proas y caña, construida en 1935 en el astillero Doebler y Cia., en Buenos Aires, según diseño de Konrad Behhrd, alcanza una eslora de 10,80 metros, con una manga de 2,92 y un calado de 1,44.

En el particular cuaderno de bitácora de Enrique Martínez García, presidente del Real Club Náutico de Tenerife (RCNT), aparece señalado con trazo destacado el pasado mes de marzo. "Acudí a Las Palmas, a una reunión de la Asociación de Clubs Náuticos de España, cuando el vicepresidente del Real Club Náutico de La Coruña me comentó que los propietarios del velero Halcón tenían interés en contactar con nosotros".

No lo dudó y se comunicó telefónicamente con ellos, viajó a La Coruña y tras un tira y afloja cerraron definitivamente el acuerdo. La viuda del último de los cuatro propietarios del barco, Aurelio Fernández Lage, fallecido dos meses atrás, le confesó entonces al presidente del RCNT que una de las voluntades que le transmitió su esposo antes de morir fue la de que el "Halcón" debía regresar a Tenerife, a la que es su casa. Y eso, a pesar de haber recibido ofertas mucho más cuantiosas. "Pero se mantuvieron fieles al compromiso: era la palabra de Aurelio", destaca Enrique García. Además, la viuda le entregó como regalo la brújula original. "Ahora valdría la pena que pudiéramos recuperar aquellos elementos que están desperdigados".

Tras la firma con la que se sellaba el compromiso, la "operación de rescate" comenzó por la mar, tres horas de navegación desde La Coruña hasta la localidad gallega de Sada. Ya en tierra, se desarmó el palo y un camión tráiler trasladó el barco hasta Santander. De ahí pasó a un vehículo de mayor capacidad que lo condujo hasta Sevilla, desde cuyo puerto se embarcó hacia Tenerife.

El pasado sábado, el "Halcón" hacía una entrada triunfal e histórica en la bahía santacrucera, coincidiendo con el acto de presentación de la Regata de las Intantas.

A propósito, el presidente avanza que esta "joya" abrirá la regata que se celebra hoy, sábado, dará la salida y pondrá de nuevo proa al puerto de la sociedad. "Necesita arreglos para estar en condiciones de navegar", explica,

Y a Enrique Martínez le brillan los ojos cuando se refiere a lo que representa el regreso de este barco. "Es algo nuestro. Durante los años 40 y 50 del pasado siglo se convirtió en el buque escuela del RCNT". De hecho, todos los presidentes que lo han precedido en el cargo intentaron en algún momento recuperar el buque, que a su juicio supone "un patrimonio y con un valor incalculable y representa para nuestra sociedad, Santa Cruz de Tenerife y la Isla".

En este sentido, rememora con pena al "Canarias", un barco que donó en su día García Escámez, el que fuera capitán general, y que terminó siendo pasto del fuego en el barranco de Tahodio.

Y como anécdota descubre que al final de la Segunda Guerra Mundial, Luis Olmos recuerda cómo un alemán, de camino hacia Sudamérica, se acercó al barco y dijo: "Veo que está bien cuidado".

Enrique Martínez García

presidente del real club náutico de tenerife

Tiempos de guerra

En septiembre de 1939 estallaba la Segunda Guerra Mundial y el acorazado de bolsillo alemán "Admiral Graf Von Spee", que había zarpado de Alemania todavía en tiempos de paz, navegaba por el Atlántio Sur. El 13 de diciembre de aquel año libró la conocida como batalla del Río de la Plata contra tres cruceros ingleses: el "Exeter", al que destrozó; el "Achilles", que dejó fuera de combate, y el "Ajax". Pero sufrió la pérdida de 56 hombres y desperfectos, viéndose obligado a refugiarse en el puerto neutral de Montevideo. Allí le concedieron 72 horas para reparar el buque y su capitán, Hans Langsdorff, temiendo la llegada de más barcos ingleses, evacuó a la tripulación, que fue apresada. El 17 de diciembre hundió el buque a cinco millas de la costa. La tripulación fue internada en Argentina y algunos oficiales recluidos en la isla de Martín García, muy próxima al puerto de Olivos, base del "Halcón". El propietario del balandro, un alemán importador de café de nombre Dietrich Meyböhm, apodado "Maipú", ideó un plan de escape para liberar a los oficiales y llevarlos de vuelta a Alemania. A bordo del "Halcón", al que elevaron la línea de flotación y pintaron de negro, cuatro oficiales del acorazado y el cafetero se hicieron a la mar, cubriendo durante 55 días y sin escalas las 5.600 millas que separan Montevideo de Tenerife, eludiendo en su derrota a los buques aliados. Al tocar tierra tinerfeña, la Comandancia de Marina requisó el buque y el RCNT depositó una opción de compra del velero, haciéndose con su propiedad. Un avión recogió a los alemanes, que regresaron a su patria para continuar la lucha.

Arribada a la Isla

Desde entonces, el "Halcón" participó en diversas pruebas en aguas canarias, proclamándose ganador de la regata de San Ginés en su segunda edición, en 1948, al mando de J. Miguel Mandillo, y en la tercera, en 1949, patroneado por José Jerez. En 1954, en la octava edición, encalló en la baja de Punta Blanca, en la costa norte de Fuerteventura. Afortunadamente pudo salir a flote y fue remolcado hasta Arrecife. Su desvinculación con el RCNT tuvo lugar en 1970, cuando competía en la Regata de Plymouth a Tenerife. Tras dos días de navegación, a 200 millas de Finisterre, frente a las costas gallegas, la fuerza de la mar no lo perdonó, partió el palo y la tripulación, de cinco tripulantes, entre ellos los hermanos Luis, José María y Eduardo Olmos Bittini, tuvieron que ser rescatados por un pesquero y poner rumbo a La Coruña. Una Junta General del RCNT desestimó su recuperación, por el elevado coste, y cuatro socios del Real Club Náutico de La Coruña decidieron comprarlo. Hasta hoy.