El presidente de Deutsche Bank, primer banco privado de Alemania, Christian Sewing, dijo hoy que "Alemania necesita un banco global", algo que también consideran las autoridades alemanas de supervisión financiera (BaFin).

Desde hace semanas han circulado rumores de fusión entre Deutsche Bank y Commerzbank, que es el segundo banco comercial privado de Alemania y está parcialmente nacionalizado, aunque también se ha especulado en algunos momentos sobre la fusión de Commerzbank con algún banco francés o el Santander.

Sewing dijo en un foro sobre banca, organizado por el diario "Handelsblatt", que en la zona del euro hay 5.500 institutos financieros y se preguntó cuántos de ellos pueden gestionar de verdad riesgos en una economía mundial cada vez menos previsible y cuántos están en forma.

"Europa no necesita muchos bancos. Europa necesita sobre todo bancos fuertes" que acompañen a las empresas internacionales como gestores de riesgos, según el presidente de Deutsche Bank.

"La semana pasada la autoridad de supervisión financiera BaFin enfatizó que Alemania necesita un banco global, que pueda acompañar a las empresas en el extranjero", recordó Sewing.

La fusión entre Deutsche Bank y Commerzbank, en el que el Estado alemán tiene una participación del 15 %, sería una solución nacional y un paso adelante en el proceso de consolidación del sistema bancario en Alemania.

Pero se ha criticado que tanto Deutsche Bank como Commerzbank tienen ahora demasiados problemas que solucionar y que la fusión de dos entidades débiles no sería una buena solución.

El presidente de Commerzbank, Martin Zielke, dijo en el mismo foro que no iba a especular sobre la posible fusión con Deutsche Bank.

Parece seguro que Commerzbank dejará de cotizar en el DAX 30, el selectivo de la Bolsa de Fráncfort, en septiembre porque su capitalización bursátil es muy baja, de unos 10.400 millones de euros, y que será sustituido por Wirecard, una empresa bávara de pagos electrónicos.

Commerzbank ha cotizado en el DAX 30 desde que se creó este índice en 1988.

Sewing añadió que en momentos de tensiones en las relaciones transatlánticas sería arriesgado dejar la importante función de la financiación y la gestión de riesgo a pocos bancos no europeos.

En este sentido, recordó qué ocurrió en la recesión tras la crisis financiera en 2008 después de que los bancos extranjeros redujeran su oferta de créditos mucho más que los nacionales.

"Por ello las empresas europeas necesitan alternativas nacionales fuertes", dijo Sewing. EFE

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