La Semana Santa chicharrera hereda la costumbre establecida por Jorge Fernández del Castillo, quien fuera vicario episcopal de Santa Cruz, y Manolo Pío, otrora responsable de Protocolo y Relaciones Institucionales del Ayuntamiento capitalino, de ahondar en la historia de uno de los pasos de la imaginería chicharrera cada edición.

El programa de los cultos de la semana grande que comienza mañana, a propuesta de los tres arciprestes de la capital, destaca las características del Santo Cristo del Cegato, una talla que sacó del anonimato el arcipreste de Ofra, Antonio Gómez, quien la trajo de su recuerdo para convertirla en la imagen de la Semana Santa chicharrera 2018. La talla, que se venera en la iglesia de San Andrés, se custodia en la casa parroquial a la espera de su restauración.

El párroco de San Andrés, Kike Armas, recuerda que unas veces se selecciona la talla para la portada y cartel de la Semana Santa por la calidad artística, y otras, por la devoción popular, característica esta última del Cristo del Cegato.

El crucificado tiene una historia curiosa, como expone el escultor y restaurador Pablo Torres en el propio programa de la Semana Santa. "Esta imagen, de tamaño natural, ejecutada en madera de frutal (naranjo), fue realizada y policromado por el ebanista y carpintero Francisco Marrero Gabrili, feligrés de la parroquia de San Andrés y vecino de la calle Sacramento, en el año 1882. El sobrenombre del Cegato, con el que se ha intitulado a esta imagen, viene dado por el déficit de visión que padecía el autor, considerándose por otro lado un hecho milagroso por la situación de su autor".

Procesión de la Predilecta: entre la historia y la leyenda

Si la imagen que ilustra el cartel de la Semana Santa de Santa Cruz encierra una entrañable historia, la que cuenta con ese mismo honor en La Laguna -y que en la tarde de ayer recorrió las calles de la ciudad- no se queda atrás. Se trata de Nuestra Señora de los Dolores, de la parroquia de La Concepción, conocida popularmente como "la Predilecta".

Dice la historia -¿o la leyenda?- que esta talla fue la predilecta de su autor, que era nada menos que José Luján Pérez (1756-1815), uno de los más eximios imagineros canarios. Se ha repetido que Luján entendió que aquella era su pieza cumbre y hasta que le costó desprenderse de ella.

No obstante, el historiador Juan Alejandro Lorenzo Lima ha venido planteando otras hipótesis durante los últimos años. Tanto en el libro "Una espada atravesará tu alma: la Virgen Dolorosa, arte y devoción en La Laguna" como en el programa de esta edición de la Semana Santa lagunera ha mantenido que esa denominación quizá obedezca a otros motivos ajenos a un especial interés del artista en la pieza. No en vano, advierte de que ese tipo de relatos es común entre obras con éxito devocional.