Santiago Gómez Ferrándiz, quien ejerciera durante casi una década la labor de interventor del Ayuntamiento de Santa Cruz (2003-2009), analiza desde la distancia de su nuevo destino, en un ayuntamiento de Alicante, su labor y vivencias en la corporación tinerfeña, una vez que han salido a la luz las conclusiones del informe que elaboró con las asignaciones de los grupos municipales en el periodo comprendido entre 2003-2007.

Sin querer entrar en la polémica que se ha suscitado, Santiago Gómez dijo que prefería mantenerse al margen de las interpretaciones políticas que han surgido al respecto, pues señaló que los informes de cada grupo se elaboraron conforme a los mismos criterios y que "todos contenían errores, como así se reflejaba".

Sin embargo, explicó que si le volvieran a encargar el mismo informe, "lo volvería a hacer igual", al margen de que, si bien varios miembros del PP han reconocido que se presentaron facturas personales y que esos fondos se destinaron a financiar gastos electorales, "eso no se ajustaba a la legalidad vigente en ese momento".

Gómez Ferrándiz ha reconocido que para un interventor "en el Ayuntamiento de Santa Cruz su labor es más complicada que en otras corporaciones, pues al margen de su dimensión como institución de una gran ciudad, también influye la forma de gestionar la corporación".

Es más, afirmó que, en parte, "este fue uno de los motivos que me impulsó a buscar un nuevo destino", pues si bien no recibió presiones directas, "sí que había comentarios de pasillos" que dificultaban su labor, hasta el punto de que en el momento en que abandonó la corporación "dejé constancia a través del registro de determinadas circunstancias que me incomodaron después de cinco años de entrega profesional".

Es consciente de que, a raíz de que su informe se ha hecho público, se ha generado un revuelo importante, hasta el punto de que dirigentes del PP han puesto en cuestión su imparcialidad.

En cuestiones políticas no entro.

¿Qué pensó cuando los grupos municipales le presentaron facturas por conceptos como ropa interior, bebidas, gasolina..?

(Risas) El tema de las facturas y el concepto de las bragas y otras cosas, obviamente, a nadie le deja impasible, hasta el punto de preguntarte cómo alguien presenta a unas cuentas públicas este tipo de cosas. Me sorprendió cómo lo presentaron, pues las cuantías eran insignificantes. Sin embargo, esto no fue patente de corso de las facturas de un único partido, pues era general, ya que las irregularidades se acumulaban en todos los grupos.

¿Y qué criterios de valoración aplicó en su elaboración?

Al principio del informe se señala, en el sentido de que se aplicaron los mismos para todos los grupos. Se explicaba que se traba de justificantes conformes al ordenamiento jurídico, que son válidos conforme al tráfico jurídico mercantil y que se pueda intuir que puedan tener una relación con respecto a los gastos de los grupos. A pesar que era muy difícil determinar los que tenía que ver con el gasto de un grupo, al final se hizo un informe casi trasversal analizando los tipos de gastos y haciendo una estadística de lo que había y diciendo lo que no valía o cumplía con los requisitos, a nuestro juicio.

¿Es normal que se produzca un número tan elevado de observaciones?

En el informe está cuantificado y en términos porcentuales. En la parte introductoria y los antecedentes, se hace mención a que esta situación tiene su origen en una pelea interna de uno de los grupos (PNC), y fue a raíz de ahí cuando surgió una denuncia y llegó una notificación del Tribunal de Cuentas. Tras analizarse la situación, se formularon una serie de recomendaciones y criterios para que se justificaran los gastos. Como la documentación que teníamos estaba muy desordenada, se reconstruyeron las cuentas de los grupos y en los anexos se analizó globalmente lo presentado, para volcar todas y cada una de las facturas y los ingresos. Esto es una responsabilidad de quien lo hace y quien debe tener el sentido común en los gastos, pues si se paga por una comida 1.000 euros, por ejemplo, no será ilegal, pero está bajo el criterio del que debe tener el sentido común de lo que es adecuado o no, o el que tiene en un momento dado las responsabilidades de índole político y tiene que dar explicaciones al electorado.

El PP ha reconocido que las facturas entregadas no se correspondían con la realidad.

Este es un dato nuevo. En su momento yo suponía que era lo que ellos responsablemente me habían aportado como gasto, como todos los grupos. Si me llegan a decir que lo que me traían no era, ni lo habría analizado, directamente.

Precisamente, este reconocimiento originará una denuncia en la Fiscalía Anticorrupción. De todas formas, ¿estas cuentas aún se pueden volver a revisar?

Creo que sí se podría, además en distintos ámbitos, pues aún no ha expirado el plazo de vigencia del informe, fijado en cuatro años.

¿Se podría considerar que el PP no actúo conforme a la ley que regulaban las asignaciones de los grupos municipales, cuando reconoce que la destinó a financiar al partido?

En ese momento, las circunstancias eran distintas, pues parece que aquello tenía apariencia de legalidad con irregularidades. Si con posterioridad se hacen manifestaciones dondedije digo, digo diego, ya no lo sé, pues pueden cambiar los factores y a mí no me va a tocar valorarlo.

¿Se siente engañado ahora cuando se reconoce que las facturas no eran reales?

A mí no me tenían que engañar, pues si han presentado cosas bajo la apariencia de legalidad, he hecho el trabajo hasta donde tenía que llegar. No tengo que averiguar si una factura es verdadera o no, pues tiene la apariencia y es una responsabilidad de quien la presenta. En un ayuntamiento como el de Santa Cruz, con un presupuesto de más de doscientos millones de euros, es imposible que un funcionario pueda llegar a estos extremos, pues hay una responsabilidad del gestor que te dice responsablemente que ha llevado a cabo un gasto y hay una presunción de veracidad.

Han pasado tres años desde que se emitió este informe, pero ahora sale a la luz pública y se empiezan a sembrar todo tipo de dudas respecto al motivo de esta filtración. ¿Todos los grupos tenían copia del mismo?

Supongo que sí. El expediente era público y el pleno abordó lo que abordó. Lo único que con las cuentas y los justificantes se intentó que no circularan por ahí. Lo sorprendente es que haya salido al cabo de tanto tiempo.

Tras su marcha del ayuntamiento, después de cinco años de servicio, queda la sensación de que se fue con cierto mal sabor de boca por las relaciones con algunos miembros del grupo de Gobierno.

Tuvieron un comportamiento que creo que no fue muy adecuado conmigo.

¿Hubo una invitación para que se marchara?

En cierto modo se puede interpretar que me invitaron a que me marchara. Yo estaba en comisión de servicios y el plazo vencía sobre final de año. Ahí se portaron mal conmigo, puesto que me dijeron una cosa y me fui a pasar las Navidades con mi familia a la Península. Fue de muy mal gusto que el primer teniente de Alcalde (Manuel Parejo) me llamara en Nochevieja para decirme que habían cambiado de opinión, cuando sabían que estaba fuera y que no podía hacer ningún documento.

¿Como se sintió?

Después de cinco años aguantando contra viento y marea, de ver mi nombre en la prensa por mil temas y enfrentado con todo el mundo, me supo bastante mal, tanto que, al cabo de un tiempo, decidí marcharme, retornando a mi plaza en el Cabildo y a la que me habían adjudicado, teniendo que abandonar Santa Cruz, que es donde han nacido mis hijos y donde estaba bastante establecido. Además, tuve que renunciar a la Presidencia del Colegio de Interventores y Secretarios de la provincia.

¿El motivo de escoger un destino en la Península tiene su origen en estos desencuentros?

También por otras cuestiones, pues ya estaba cansado, pero este fue un factor que me estimuló a cambiar de aires.

Durante su etapa en el ayuntamiento de Santa Cruz, ¿recibió algún tipo de presiones?

La situación no era muy agradable, en general. Presiones no había, pero sí situaciones incómodas y algunos comentarios de pasillo.

¿Quizá por sus criterios expresados en algunos informes, como por ejemplo el de la venta de Emmasa?

En este caso no, pero sí hubo alguna situación incómoda y en concreto con otro compañero.

Pero, ¿llegó a sufrir alguna situación incómoda durante su estancia en la Casa de los Dragos?

El descontento venía porque, después de estar una serie de años haciendo un trabajo con el viento en contra, la forma de despedirme parece que no fue la más adecuada. Incluso dejé constancia de ese malestar en un escrito que presenté en el Registro de Entrada del Ayuntamiento.