ALICANTE 100
TFE.RURAL 70
Lucentum AlicanteBerni Hernández (9), Txemi Urtasun (19), Axel Weigand (6), Guillermo Rejón (13) y Taylor Coppenrath (14) -quinteto inicial- Carlos Cazorla (4), Manuel Blázquez (3), Pedro Llompart (7), Martynas Andriuskevicius (5), Jorge García (9), Kyle Hill (9) y Alfonso Sánchez (2).
Tenerife RuralEdu Sánchez (3), Pat Carroll (13), Julio González (6), Christian Maraker (10) y Kiril Wachsmann (4) -quinteto inicial- Francis Sánchez (13), Adrián Boccia (10), José Ángel Antelo (3), Iván Rodríguez (3) y Lamont Hamilton (5).
ÁrbitrosPalomo Cañas y Souto Farto. Señalaron técnica a Francis Sanchez (m. 12).
Parciales23-20, 47-41 -descanso- 85-57 y 100-70 (final).
IncidenciasCentro de Tecnificación de Alicante, ante unos 3.000 espectadores
NACHO FELICIANO, Alicante
Gestos de absoluta desolación. Jugadores que se tapaban la cara con una toalla para no mirar lo que estaba sucediendo sobre el parquet. Un entrenador atónito ante lo que veía. Y, todo ello, producto de un partido y, especialmente, de diez minutos que marcaron la suerte de un choque que no se borrará fácilmente de las mentes de los que lo protagonizaron. El Tenerife Rural fue barrido del Centro de Tecnificación por el Lucentum Alicante, víctima de la mayor intensidad de los de Óscar Quintana y del sonrojante parcial (38-16) de un tercer cuarto que supuso el aldabonazo al choque.
Porque durante buena parte del partido la posibilidad de llevarse un triunfo de tierras alicantinas fue un hecho real. El Tenerife salió al parquet sin complejos y si Txemi Urtasun asumía de forma sublime el mando de las operaciones ofensivas de los locales (14 puntos en el primer cuarto), su par, Pat Carroll, consciente de que no podía pararle en defensa, decidió devolverle la moneda de cara al aro contrario, desembocando los primeros compases del choque en un duelo entre ambos pistoleros. El encuentro adquiría un ritmo endiablado, fruto del cual se cerraba el primer parcial con un 23-20.
Así continuó siendo durante el segundo período. El reaparecido Lamont Hamilton anotaba cinco puntos de manera casi consecutiva y Francis Sánchez se mostraba fino desde más allá del 6,25 para darle las primeras ventajas al equipo de Rafa Sanz (23-25, 29-31). Óscar Quintana, por su parte, planteaba la batalla en el juego interior, donde Rejón y Coppenrath hacían su particular agosto para evitar que los blanquiazules pudieran abrir cualquier brecha. Tres pérdidas de balón en los últimos dos minutos del Tenerife Rural acabarían posibilitando al Alicante marcharse a vestuarios con una renta excesiva para los méritos adquiridos en ese momento (47-41).
Tercer cuarto y apagón
Y, tras el descanso, se acabó el partido. Puede sonar a perogrullada, pero es difícil explicar la metamorfosis que se generó sobre el parquet. El Alicante salió con el cuchillo entre los dientes, dispuesto a llevarse el partido a cualquier precio y el Tenerife, simplemente, no se presentó. Un parcial de 14-5 de salida comenzaba a decantar la balanza, con un conjunto local completamente enchufado y dispuesto a darle una alegría a su afición y unos blanquiazules que se fueron obcecando con el paso de los minutos. Ni en defensa (38 puntos encajados en un cuarto es una cifra sencillamente demencial), ni en ataque (con malas selecciones de tiro, pérdidas y desacierto generalizado) podían los de Rafa Sanz plantar cara a un Lucentum que fue engrosando las diferencias de manera constante, hasta llegar al 85-57 con el que se cerró el tercer parcial. Los últimos diez minutos sólo sirvieron para certificar la peor derrota de la temporada para un Tenerife Rural al que ya sólo le queda recuperarse (sobre todo anímicamente) para dar otra imagen el próximo miércoles ante el Melilla. Algo necesario en todos los sentidos para seguir flotando en este tramo final de temporada.