La Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias ha decidido poner cerco al uso indiscriminado de tranquilizantes y todo tipo de fármacos relajantes y sedantes en las Islas y la primer medida que ha tomado ha sido poner en marcha una campaña de información y concienciación de los riesgos que tiene para la salud el consumo continuado de este tipo de sustancias bajo el lema "No te pierdas la vida. Hay otros caminos".

Según explicó ayer el director de Salud Pública, José Díaz Flores, en las Islas hay "al menos" 125.000 personas que consumen a diario este tipo de fármacos, de los que la mayoría son mujeres.

"Uno de cada tres consumidores de tranquilizantes es mujer. No sabemos exactamente a qué se debe, pero es algo que investigaremos. Esta campaña es solo el primer paso, y los siguientes pasarán necesariamente por recopilar más información", detalló Díaz Flores, antes de explicar que también están en proceso de averiguar el número total de fármacos de este tipo que se dispensan mensualmente en las Islas, a través de la colaboración de Cofarte.

Y es que la última encuesta sobre alcohol y drogas en población general de España (Edades 2001) señala que las benzodiacepinas son la tercera sustancia psicoactiva mas generalizada en Canarias, después del alcohol y el tabaco y colocándose por primera vez por delante del cannabis.

Esta encuesta además indica que el 23,9 % de la población ha consumido hipnosedantes alguna vez y que el 4,8% de la población canaria los consume diariamente. Su consumo es más frecuente en mujeres, en el tramo de edad entre los 55 a 64 años de edad. Y la edad de inicio entre los canarios, se sitúa en los 34,6 años, similar al de la media del Estado.

Además, según los datos de prescripción y dispensación de estas sustancias en Canarias, proporcionados por el Servicio de uso racional del medicamento y control de la prestación de la Dirección General de Programas Asistenciales, en los últimos doce meses (desde octubre de 2012 a septiembre de 2013) el porcentaje de pacientes que consumen diariamente hipnosedantes en nuestra comunidad autónoma es de un 5,9% (124.498 personas) con respecto a la población total.

De ese total que consume diariamente fármacos hipnosedantes, el 32,62% por ciento lo constituyen mujeres con edades comprendidas entre los 45 a 60 años.

En total, 40.616 mujeres de entre 45 a 60 años consumen diariamente estos fármacos prescritos por el sistema público.

No obstante, el número total puede ser mayor, ya que no se incluyen las cifras de prescripción de fármacos hipnosedantes de las consultas privadas.

Sin embargo, este aumento manifiesto del consumo no se corresponde con la percepción de riesgo, ni con las demandas de tratamiento en las Unidades de Atención a las Drogodependencias (UAD), puesto que durante el año 2012, solamente 205 personas han solicitado asistencia médica por dependencia a este tipo de sustancias de los que, curiosamente, la gran mayoría fueron hombres.

Respecto a los inconvenientes del consumo prolongado de las benzodiacepinas, Díaz Flores explicó que existen efectos adversos o efectos secundarios que incluyen la sedación, las alteraciones psicomotoras (ataxia, incoordinación, vértigo, mayor riesgo de caídas) y los trastornos cognitivos. Además, estos fármacos tienen un gran potencial para generar adicción.

Además, la adicción suele degenerar en una "anestesia emotiva", es decir, la incapacidad de sentir placer o dolor y que hace que la realidad sea percibida de forma distorsionada, haciendo creer a quien las toma que se desconecta de lo que le hace daño y resiste más y mejor a la sensibilidad, cuando lo cierto es que solo se trata de un remedio puntual.

Además, el abuso de estos fármacos está relacionado con un mayor riesgo de accidentes (de tráfico, domésticos, laborales), alteración de la esfera familiar y emocional por "anestesia emotiva", y potencial dependencia.

Las benzodiazepinas son medicamentos psicotrópicos que actúan sobre el sistema nervioso central, con efectos sedantes, hipnóticos, ansiolíticos, anticonvulsivos, amnésicos y miorrelajantes (relajantes musculares) y su consumo se multiplica en personas que buscan un alivio sintomático y rápido de los efectos de estados de elevada ansiedad y que luego prorrogan innecesariamente.