Una de cada cuatro muertes en accidente de tráfico se evitaría si se respetaran los límites máximos de velocidad, una infracción que causa casi 500 fallecimientos al año y que comete alrededor de un millón de conductores.

Para reducir estas cifras, la Dirección General de Tráfico (DGT) ha puesto en marcha hoy una campaña de control y sensibilización, que se prolongará toda la semana y que, en colaboración con las policías municipales, vigilará el velocímetro de los coches tanto en carretera como en ciudad.

"Si crees que por correr un poco con el coche no pasa nada, puedes hacer daño a gente que ni siquiera conoces. Como a mi madre, a mi padre o a mí", dice un niño en el spot televisivo que se emitirá con motivo de la campaña, así como cuñas radiofónicas para recordar a los conductores que "el verano está lleno de vida y de vidas. Respétalas".

El subdirector de Gestión de la Movilidad de la DGT, Federico Fernández, ha presentado la campaña y ha subrayado que la velocidad está detrás de una buena parte de los accidentes y ha explicado que la vigilancia se incrementará en las carreteras convencionales, donde tiene lugar el 70 por ciento de los siniestros con víctimas.

Como en anteriores ocasiones, a la vigilancia que realizan en carretera los agentes de la Guardia Civil de Tráfico se suma la que desde el aire realiza el radar de la DGT "Pegasus" instalado en uno de los helicópteros, usado sobre todo en las carreteras convencionales.

Más de 30.000 conductores fueron denunciados en la última campaña, llevada a cabo en abril, y un millón lo son cada año.

Aun así, se sigue detectando a conductores circulando con grandes excesos de velocidad, como el domingo día 11 cuando en un control de velocidad la Guardia Civil "pilló" en la R-4 en Ocaña (Toledo) a un coche a 233 kilómetros por hora.

Otro conductor fue localizado el jueves pasado en esa misma vía a 215 kilómetros por hora y, también ese día, la Policía Local de Santa Cruz de Tenerife sorprendió a otro a 109 por una calle con limitación a 40.

El viernes agentes de la Guardia Civil de Tráfico detuvieron a otro conductor que circulaba a 225 kilómetros por hora en la autovía A-62 en el municipio salmantino de San Martín de Yeltes.

La DGT quiere recordar que la velocidad es la primera causa de muerte en carretera, que a 80 kilómetros por hora un atropello siempre es mortal y que correr más de lo permitido agrava las consecuencias de cualquier accidente.

Un aumento del 5 por ciento en la velocidad provoca aproximadamente un incremento del 10 por ciento en los accidentes que causan traumatismos y del 20 por ciento en los accidentes con víctimas mortales.

Además, a partir de 80 kilómetros por hora es prácticamente imposible que un peatón salve la vida en un atropello. A una velocidad de 30 kilómetros por hora el riesgo de muerte del peatón se reduce a un 10 por ciento.

También explica la DGT que a 120 kilómetros por hora se necesita una distancia superior a un campo de fútbol para detener el vehículo que se conduce.

Incumplir las normas en materia de velocidad está tipificado como infracción grave o muy grave y se sanciona con multas de 100 a 600 euros, así como con la pérdida de entre 2 y 6 puntos del carné.

El artículo 379 del Código Penal tipifica como delito "el que condujere un vehículo de motor o un ciclomotor a velocidad superior en sesenta kilómetros por hora en vía urbana o en ochenta kilómetros por hora en vía interurbana a la permitida reglamentariamente".

De este modo, será castigado con la pena de prisión de tres a seis meses o a la de multa de seis a doce meses o trabajos en beneficio de la comunidad de treinta y uno a noventa días.