Acción contra el Hambre (ACH) ha rendido homenaje a los trabajadores humanitarios con motivo del ''Día Internacional de la Ayuda Humanitaria'' que se celebra este lunes y ha destacado que la seguridad e integridad de las personas que desempeñan esta labor "se está convirtiendo en una prioridad para numerosas organizaciones" y en "algo irrenunciable".

En este sentido, ha recordado a todos aquellos que han muerto o sufrido heridas mientras realizaban trabajos humanitarios y ha recordado que, en los últimos años, estos trabajadores "se han convertido en el blanco de grupos armados en distintas partes del mundo".

Aún así, el responsable de seguridad de la organización, Gonzalo Palacios, ha señalado que "no hay que quedarse con la idea de que es una profesión peligrosa" aunque ha insistido en la seriedad del trabajo y en la necesidad de realizar una gestión preventiva y continua de los riesgos para la seguridad.

Asimismo, ha explicado que, frente a lo que comúnmente se piensa, la peligrosidad de la ayuda humanitaria no reside principalmente en la violencia que sufren algunos países sino en los accidentes de tráfico. Por eso, ha indicado que desde ACH "son muy estrictos" en este aspecto y únicamente permiten que sean conductores profesionales quienes manejan los vehículos de la ONG y solo en las rutas y horas establecidas.

Además, aplican otras medidas de seguridad como el establecimiento de comunicación constante con los grupos de cooperantes durante los trayectos peligrosos o la obligatoriedad de volver a las bases antes de la caída del sol. Además, es necesario que todos los equipos estén identificados con el material necesario para ser reconocidos como actores humanitarios, según ha indicado.

Palacios ha señalado también que la organización descarta otras medidas de seguridad como escoltas militares o coches blindados para evitar la "confusión entre los actores humanitarios y los militares o agentes armados". En este sentido, ha asegurado que la mejor protección que pueden obtener los trabajadores humanitarios es la "aceptación por parte de la población local", a fin de ganarse su respeto y el deseo de que permanezcan junto a ellos.