El cerro de La Muela, donde Numancia protagonizó la resistencia del pueblo celtíbero frente al ejército romano en el siglo I a.C., estuvo poblado ya en el año 2.000 a.C., por ser un enclave estratégico desde donde se controlaba el paso del Duero entre la meseta castellana y el valle del Ebro.

Estos establecimientos fueron temporales y sirvieron además como punto de referencia de otros situados en la meseta y las serranías sorianas, según ha explicado hoy el director de la Fundación Siglo, José Javier Fernández Moreno, en la conferencia titulada "Numancia antes de Numancia", impartida dentro del ciclo "Celtas y Celtíberos", organizado por la Fundación Duques de Soria de ciencia y cultura hispánica.

El conferenciante ha explicado las ocupaciones prehistóricas que hubo en el cerro de La Muela, en Garray (Soria), donde posteriormente se asentó la ciudad celtíbera de Numancia.

En su opinión, estos asentamientos se ubicaron en el cerro de La Muela por estar rodeado de tres ríos (Duero, Tera y Merdancho) y ser un vado natural que ha canalizado durante siglos el paso de personas y ganados, desde la altimeseta soriana a la capital y al valle del Ebro.

"Es una especie de embudo y quien controla ese punto, controla el paso del río y los caminos naturales, por eso los romanos cuando hicieron la calzada subieron hasta Numancia para salir por Ágreda hasta Zaragoza", ha puntualizado.

El cerro de La Muela tuvo asentamientos importantes temporales al menos en el año 2.000 a.C., según constatan los restos encontrados, y después en el año 1.000 a.C. y a partir del siglo IV a.C, en el que se volvió asentar un poblado que utilizó ya el torno y que fue el germen de lo que fue después la cultura celtibérica.

Fernández Moreno, según ha declarado a EFE, se ha basado para llegar a esta conclusión en las primeras excavaciones realizadas por el arqueólogo alemán Adolf Schulten y la comisión de excavaciones, a principios del siglo XX, que descubrieron que en el nivel inferior hay un sustrato de materiales prehistóricos de sílex y de cerámicas realizadas a mano que no tenían nada que ver con las de la ciudad de Numancia.