El poeta y activista mexicano Javier Sicilia presentó hoy en esta capital el poemario "Vestigios", su despedida de la poesía tras el asesinato hace dos años de su hijo.

El poeta, profesor y creador del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD) presentó su último libro junto a los también poetas Sergio Mondragón y Eduardo Vázquez. "El mundo ya no es digno de la palabra", comentó al explicar su retirada.

Este poemario, presentado en la Casa del Poeta, recoge los últimos versos de Sicilia, quien dijo retirarse de la poesía tras el asesinato el 28 de marzo de 2011 de su hijo Juan Francisco y de seis jóvenes más por parte del crimen organizado en Temixco, estado de Morelos.

Sicilia explicó que el asunto de su retirada de la poesía es complejo. "Un poeta vive de sus palabras y del lenguaje de su época. Cuando se degrada esa lengua, no se puede usar. No alcanza", abundó.

"Siempre se olvida que el silencio es parte de la palabra. Y hay veces que en un mundo así el silencio dice más que las palabras", añadió este escritor de más de una veintena de libros.

Este "analista político" y "crítico del sistema", según lo calificó en la rueda de prensa Sergio Mondragón, dijo que las poesías de su nueva obra son los vestigios de una trayectoria poética de 30 años: "Lo que queda del silencio, de la muerte...".

El escritor contó que los poemas ya estaban escritos cuando se enteró de la muerte de su hijo, tras la cual escribió uno último dedicado a este y luego "ya no tenía ganas de escribir" ni de publicar.

Con el fallecimiento de Juan Francisco, Javier Sicilia admitió que cambió su visión de las cosas, y que sus convicciones y los parámetros con los que había caminado hasta entonces se desmoronaron y tuvo que rehacerlos, como el hecho de "redescubrir una fe que se tambalea".

Católico y formado en las Comunidades Eclesiales de Base después de sopesar convertirse en sacerdote, Sicilia aclaró sin embargo que no llegó a dudar de su fe, ya que precisamente "cuando suceden estas cosas" esta "se vuelve un sostén".

Con estudios de Filosofía y Letras y de Ciencias Políticas y Sociales, el escritor dijo creer que su despedida de la poesía sí es definitiva, pero admitió que aún está presente en él: "Uno puede dejar de escribir poemas, pero no puede dejar de mirar, de sentir, de oír como un poeta (...). Y siempre aparecerá".

Previamente, durante la rueda de prensa, Sergio Mondragón ya apuntó en la misma dirección al asegurar que Sicilia "rezuma poesía en todo lo que hace" y que "no puede dejar de hablar en poesía", emocionándose luego al elogiarle y recordar el suceso de su hijo.

Eduardo Vázquez, quien dijo haber conocido a Sicilia en un taller de poesía, le señaló como su maestro. "Comprendimos que la palabra no era una nueva mercancía, una moneda de cambio", dijo, y lo describió como un poeta religioso y místico, pero también uno público que escribía "con el cuerpo" y que compartió su dolor y les incitó a la acción.

"Reconozcamos que hemos fracasado como país", comentó Vázquez sobre la situación de crimen y otros problemas en México. "Dejemos de delegar la responsabilidad", añadió.

Javier Sicilia señaló por su parte que esos problemas son la corrupción y que "no hay Estado" ni justicia. "Vamos, que el país se está convirtiendo en una fosa común, un gran rastro (matadero)".

"Entre los criminales y el Estado nos tienen en la indefensión y en la injusticia", sostuvo.

El poeta mexicano dijo que el único cambio que ha visto entre los diferentes gobiernos es "en los discursos": "Estos cabrones pueden usar el discurso para legitimarse pero no encarnarlo en la realidad (...). No ha cambiado más que en una retórica vacía, por desgracia. Son la misma basura", denunció.