Expertos sanitarios coinciden en la necesidad de un nuevo modelo para solventar el déficit de hospitales de cuidados intermedios, es decir, centros destinados a pacientes crónicos o con distinto nivel de dependencia, que ocupan a veces camas de hospitales de agudos, que tienen un mayor coste.

Este es uno de los "Diez temas candentes de la sanidad española para 2013", un informe realizado por la consultora PwC a partir de reuniones de trabajo con los principales implicados en la industria sanitaria con el fin de que "la crisis económica no se transforme en una crisis de salud pública".

En los trabajos que han dado pie al informe, de 174 páginas, han participado los responsables de HM Hospitales, IDIS, Fenin, Capio, Sedisa, Hospitén, Fundación Roche, Adeslas y Farmaindustria, entre otros, que han defendido "una verdadera colaboración público-privada" para afrontar el mantenimiento del Sistema Nacional de Salud (SNS).

Los hospitales de agudos, según se señala en el informe, hacen en estos momentos la labor de hospitales intermedios, lo que tiene consecuencias en cuanto a la cualidad de la asistencia y el coste (es muy superior el coste cama/día en hospitales agudos).

Actualmente, hay 5.2281 camas en hospitales generales de agudos dedicadas a pacientes que podrían beneficiarse de una atención alternativa de carácter sociosanitario y eso supondría un ahorro de 1.500 millones de euros anuales para el Sistema Nacional de Salud, según los expertos.

Ignacio Riego, director de PwC, ha hecho alusión a esa demanda creciente de los denominados servicios de atención a la media y larga estancia, entre los que están los hospitales de cuidados intermedios.

Un fenómeno que está vinculado al envejecimiento de la población, el aumento de la incidencia de discapacidad y dependencia asociada al incremento de la esperanza de vida, la cronicidad de las enfermedades y la reducción de las estancias en centros de agudos.

Las tendencias tecnológicas (cirugía mayor ambulatoria, hospitales de día u hospitalización a domicilio), según señalan los expertos, van en línea de una menor necesidad de camas de agudos, lo que abre posibilidades para la transformación de parte de estas camas en camas de cuidados intermedios.

España tiene una dotación reducida en camas de cuidados intermedios, según el informe, y está a la cola de los países de la OCDE en cuanto a número de camas de larga estancia con 31,1 camas por cada mil habitantes de más de 65 años.