El documentalista Víctor Matellano, autor del corto "Tío Jess" sobre la vida del controvertido director Jesús Franco, también conocido como Jess Franco o Tío Jess, considera que si el cineasta oyera las necrológicas que estos días comentarán su muerte, "se reiría".

"Lo más español que hay es entronizar a alguien una vez que ha muerto", señalo este martes Matellano, autor junto a Hugo Stuven Casasnovas del cortometraje "Tío Jess", realizado sobre el día a día del cineasta, meses después de la muerte de su musa y compañera Lina Romay, que le dejó sumido en una gran tristeza.

Según afirma este experto en la figura de Franco y amigo personal del cineasta, fallecido hoy, "Jesús siempre ha despertado emociones muy encontradas, ha tenido seguidores y detractores e incluso ha provocado que haya quien ha escrito libros sobre su obra para criticarle".

"Lo que sí aseguro es que era un hombre que, con su cámara y su libertad, pasaba de todo", resume.

Matellano cuenta que conoció al artista hace doce años en el Festival de Cine de Estepona donde le buscó porque sentía mucha curiosidad, "atraído sobre todo por su forma de rodar".

Y es que Franco era capaz de rodar varias películas al mismo tiempo, acabar un largometraje en diez días y no desaprovechar el vuelo de un avión sobre la cabeza de su conde Drácula. "Decía, ''graba, grábame eso que ya me valdrá para otra película'', muy divertido", explica Matellano.

"Él era muy divertido", sonríe el realizador del documental "Spanish Horror", y cuenta "para que se entienda su forma de ver el cine" una anécdota que le contó Franco sobre los reproches que el actor Klaus Kinski le hizo porque creía que el guión de una película era muy malo.

"Pero, ¿lo dudas? Contigo de actor y conmigo de director, no sé qué quieres esperar''", dice Matellana que le dijo Franco al alemán.

Destaca también la "mano izquierda" y gran habilidad que tenía el cineasta para convencer a actores y actrices de seguirle en sus particulares métodos de rodaje, como tener desnudas a las actrices la mayor parte del tiempo, apunta entre risas.

Matellana recuerda la fuerza de este hombre de 82 años, inmóvil en su silla de ruedas y la potencia de su grito de "acción" en el rodaje de su último largometraje, "Al Pereira vs. the Alligator Ladies" y cómo estos últimos meses de su vida fueron sus amigos quienes se encargaron de cuidarle.

Y concluye: "Probablemente Jesús se reiría muchísimo de las cosas que, seguro, se van a escribir estos días sobre su muerte, le daría mucha risa".