Políticos de diversos partidos, incluido el PP, y colectivos sociales mostraron ayer su rechazo ante las declaraciones realizadas por el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, en contra del matrimonio homosexual.

Fernández Díaz dijo el pasado miércoles en Roma que "si nos oponemos al matrimonio entre personas del mismo sexo, no podemos usar argumentos confesionales. Existen argumentos racionales que dicen que ese matrimonio no debe tener la misma protección por parte de los poderes públicos que el matrimonio natural. La pervivencia de la especie, por ejemplo, no estaría garantizada".

La posición del ministro, conocido por sus fuertes convicciones católicas, no ha sido una sorpresa, ya que anteriormente se había manifestado en ese sentido.

La vicesecretaria general del PSOE, Elena Valenciano, acusó a Fernández Díaz de "querer más religión y menos igualdad" y lamentó que se preocupe por "la continuidad de la Iglesia católica más retrógrada". "Dice estar preocupado por la continuidad de la especie, pero la verdad es que lo que le preocupa es la continuidad de la Iglesia católica más retrógrada. (Y se le ve el plumero)", denunció.

Por su parte, el secretario de Justicia, Derechos y Libertades del PP, Iñaki Oyarzábal, tachó de "desafortunadas" las palabras del ministro del Interior y aseguró que "en nada vinculan al PP".

La Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (Felgtb) estimó que Fernández Díaz debe abandonar su "militancia religiosa o dimitir" porque "intenta imponer el fanatismo religioso" y por ser "un ministro que es capaz de anteponer sus creencias religiosas a su obligación de gobernar bajo una Constitución".