Lo hablaba con un amigo hace unos días. Me decía que independientemente del lugar donde hayas nacido, siempre se puede salir adelante con esfuerzo y talento. No lo dudo, pero creo que es verdad que el lugar donde naciste también te marca la vida. Solo hay que echar un vistazo ahí fuera.

Siempre me he considerado afortunado de poder viajar, por ocio o por trabajo. Viendo mundo es donde te das cuenta que nacer aquí o allí, marca la vida?o la muerte. Lo he visto con mis propios ojos y desgraciadamente no es lo mismo nacer en las calles de Nueva Delhi o en las favelas de São Paulo, que hacerlo en Madrid o en Londres. No les cuento nada nuevo. Si hablamos de África, terrible. Nacer en un país en guerra, crecer aquí o allí, todo lo cambia. Poder estudiar, comer, tener familia, un hogar, muchas veces es un lujo. Y metidos en nuestro mundo, jamas lo pensamos.

De hecho creo que ni nos interesa pensarlo. Levantamos una barrera en el cerebro para alejarnos de todo eso. Cuando veo a personas hundidas en la miseria, pasando hambre o víctimas de guerras, cuyo horizonte es simplemente llegar vivos al día siguiente, siempre pienso lo mismo: un día fueron niños, igual que usted y que yo, con ilusiones, con ganas de reír, crecer y pasarlo bien. Lo que pasa es que en la lotería de nacer aquí o allí nosotros ganamos, ellos no consiguieron ni la pedrea.