Todo el mundo piensa lo mismo sobre Nicolás el Maduro. Reyezuelo acabado, agarrado al poder. Bueno o malo, pero bruto, atrevido, y provocador. Elijan ustedes. Más allá de lo que uno sienta está el tema racional, es decir, a dónde ha llevado este tipo a un país rico como Venezuela. Los venezolanos han pasado de ganar de media 7.800 dólares anuales en 2013 a 3.300 en 2018. Básicamente por la caída de los ingresos del petróleo. Él sabrá lo que ha hecho con el oro negro.

El salario mínimo da para un kilo de jamón, un saco de arroz, o medio kilo de carne, si lo encuentran en el mercado negro, claro. El 30% de los niños menores de 5 años sufre malnutrición. En la mayoría de hospitales no hay agua corriente ni medicinas. 2,3 millones de venezolanos han huido del país según la ONU. Algo similar a un país en guerra.

Con estos datos, Maduro debería liar el petate y mandarse a mudar. ¿Por qué sigue ahí? Porque ha creado crear un poder militar intocable. Tiene 400.000 soldados, 1,6 millones de reservistas armados y 2.000 generales. Así que unos miles de desertores son los céntimos con los que usted se rasca el bolsillo. La milicia suma 400.000 leales más. Los generales ocupan la mitad de los ministerios y los puestos clave en manejar el poder. Por eso tarda en caer. Pero lo hará. La miseria lo va a hundir. La historia se lo comerá también.