Carlos Alonso acusó ayer al alcalde de Guía de Isora, Pedro Martín, que es su futuro contrincante por la Presidencia del Cabildo tinerfeño, de ''zarandear'' el pacto insular de gobierno "para ver si se rompe". Lo hizo en unas declaraciones de radio (de esas en las que lo políticos se sueltan un poco y dejan que se les caliente el pico, y en las que -muy probablemente- contestaba a otras declaraciones radiofónicas previas de Pedro Martín, en las que a este también se le aflojó la lengua). En realidad, no hay que llamarse a escándalo: en los próximos días, semanas y meses, lo frecuente va a ser ver a los socialistas medirse airadamente con los de Coalición y viceversa, no en balde estamos ya en precampaña electoral, con los candidatos de los principales partidos e instituciones ya definidos, y a falta de muy poco para el disparo de salida.

Pedro Martín es la mejor baza del Partido Socialista para el Cabildo, pero su campaña ha de basarse, necesariamente, en calificar de desastre la gestión realizada por Carlos Alonso en el Cabildo, en todos los frentes y en todos los aspectos. El problema es que el PSOE de Tenerife, que dirige Pedro Martín, gobierna con Carlos Alonso el Cabildo desde las elecciones de 2015. Las críticas a la gestión presidencial de Alonso son críticas también a su dócil acompañamiento, críticas que a los actuales consejeros del Cabildo por el PSOE no deben hacerles ni repajolera gracia. Cierto es que no parece que muchos de ellos vayan a repetir? En la presentación de la candidatura de Pedro Martín, resultaba bastante chocante escuchar al candidato ciscarse en la gestión de Alonso, sin que a nadie en el PSOE se le ocurriera recordar que ambos partidos cogobiernan el Cabildo y son -por tanto- corresponsables de lo que ocurra.

La historia se pone mucho peor cuando se trata de los zarandeos de La Laguna. Allí lo que tenemos es un PSOE fraccionado hasta el esperpento: es el mismo PSOE en el que alguna vez estuvieron Santiago Pérez, Javier Abreu, el concejal Zebenzui y Mónica Martín, entregado hoy a la guerra interna de destrucción masiva, una y otra vez, porque el destino manifiesto del PSOE lagunero es fagocitarse a sí mismo hasta la eternidad. Ahora esa promesa del socialismo nivariense que es Luis Yerai Gutiérrez, con la inestimable ayuda de la escudería de afiliados de Pedro Ramos, ha ganado por goleada a Mónica Martín en las primarias, con el mensaje de construir un gobierno municipal de izquierdas. La derrotada, que ha apuntalado la mayoría de José Alberto Díaz contra viento y marea, una vez sabido que no será candidata a la alcaldía, como pretendía, y que su compañero la pondrá a caer de un burro durante toda la campaña (por su acompañamiento al actual alcalde), ha decidido salirse del Gobierno, y obligar a la regional del PSOE a hacer malabares, porque ni salen las cuentas de la censura, ni hay manera de que la izquierda se ponga de acuerdo en un candidato.

Lo del joven luchador Yerai y doña Mónica, eso sí que son verdaderos zarandeos, y no las civilizadas invectivas de Pedro Martín a Carlos Alonso, a cuenta de las carreteras, los casinos, el vino trucado con vino de otras latitudes o lo que en su momento toque.