Dijo Einstein que "solo hay dos cosas infinitas; la estupidez humana y el Universo. Y no estoy muy seguro de lo último". Quizá basándose en esa sabia y contundente declaración, a alguien se le ocurrió inventarse un "principio de la estupidez", conocido también como "principio de Hanlon" o "la navaja de Hanlon", que reza así: "Nunca atribuyas a la maldad lo que puede ser explicado por la estupidez". El tal Hanlon es un personaje del que no consta la existencia, aunque algunos creen que el principio es una coña que se inventó y publicó un recopilador de chistes estadounidense, fusilando inmisericordemente una frase de un cuento del novelista de ciencia ficción Robert A. Heinlein, "Lógica del imperio", en la que uno de los personajes asegura a otro que: "Has atribuido a la villanía condiciones que resultan simplemente de la estupidez". Las frases son parecidas, desde luego, y de Heinlein se habría pasado a Hanlon sin mover una pestaña. Algún día alguien escribirá sin duda una tesis sobre este particular, y puede que quien lo haga llegue incluso a presidente del Gobierno, pero por hoy basta.

La cita venía a colación del estúpido lío que Antonio Morales ha montado en Gran Canaria a cuenta del Bono Residentes Canario, una medida impulsada por la Consejería de Obras Públicas y Transportes para que los desplazamientos salgan más baratos a los usuarios. El Gobierno ha negociado con el resto de los Cabildos, el bono ya es operativo en alguna isla donde el Cabildo se ha movido más rápido, como en Tenerife, y entrará inmediatamente en vigor en La Gomera y Fuerteventura.

La cuestión es que el Cabildo grancanario insiste en que no va a aplicar el bono, por ausencia de un documento oficial del Gobierno que exponga los criterios de su activación y de su ficha financiera. Pero no se lo dicen al Gobierno, sino a los medios. Al parecer, el Cabildo sí dispone -como el resto de los Cabildos- del proyecto remitido por el Gobierno por correo electrónico, pero no han participado en ninguna de las reuniones realizadas, ni han pedido aún que se realice ninguna con ellos. Mientras se entretienen en este tipo de asuntos, se han publicado estudios sobre el impacto que supondría para los usuarios de Gran Canaria el no sumarse a las iniciativa, que es operativa en Tenerife desde septiembre. Por ejemplo, si el Cabildo de Gran Canaria copiara el sistema que se aplica en Tenerife, el ahorro para un usuario que cogiera todos los días la guagua desde la parada de San Telmo en Las Palmas a Mogán -por ejemplo- sería de 338 euros al mes. Y este ahorro sería proporcional en todos los trayectos. Los datos fueron publicados por el periódico La Provincia en su edición del pasado jueves, sin merecer siquiera un mentís del Cabildo grancanario. Porque no puede haberlo.

Es probable que el señor Morales tenga un ataque de cuernos porque al Gobierno de Canarias se le haya ocurrido una medida que supone un beneficio directo para los usuarios de las guaguas grancanarias. Una medida absolutamente de justicia, porque no es de recibo que hasta ayer costara más ir de Santa Cruz a Adeje en guagua que hacerlo de Tenerife a Gran Canaria en avión. Que en Gran Canaria se busquen excusas para poner pegas a la aplicación de un proyecto que favorece a todos los usuarios del servicio de guaguas, sólo porque no se les ha ocurrido a ellos, es una estupidez digna de ser estudiada. Pero rectificar es de sabios: Morales debe reunirse con el Gobierno y desatascar este asunto. No es razonable que unos canarios tengan la opción de viajar más barato y otros no.