La Comisión de Hacienda del Congreso aprobó ayer el proyecto de REF. Todos los grupos votaron a favor de la iniciativa, excepto Podemos, que calificó el REF de tecnocrático y dijo que resultaba decepcionante en relación con las expectativas creadas en estos años de negociación entre Canarias y Madrid, bajo la atenta mirada de Europa y tildó al REF de perjudicial para la mayoría social. Desde Ciudadanos y el PSOE fueron más moderados en su juicio y lamentaron que finalmente no se aprobara un REF más ambicioso, sujeto a una revisión más profunda. La portavoz de Ciudadanos en la Comisión de Hacienda, Melisa Rodríguez, valoró el nuevo texto por haber logrado fijar la separación de la financiación directa vía REF de la financiación autonómica. Ese es probablemente el asunto de mayor calado, aunque la mayoría prefiera las golosinas que van a parar directamente a su bolsillo, como el descuento a residentes. La diputada Rodríguez también dijo que ella habría preferido –como el PSOE- un REF más ambicioso, y además más ‘transversal’. A lo mejor un día nos explica que es exactamente lo que quiere decir eso.

​El texto pasara ahora primero al Senado y luego de nuevo al Congreso para su debate, sin que se esperen sorpresas, dada la unanimidad (con quejas) lograda en Comisión.​ Ocurre que algunos creen que el REF debía ser como una carta a los Reyes Magos de Oriente, y en ese sentido les parecen poco los ‘regalos’ que se ha conseguido incorporar al articulado. Entre ellos una partida que habrá de figurar en los futuros presupuestos Generales del Estado (no se dice de cuanto) para combatir la pobreza en las islas, además de planes para la formación y el empleo (que existen, pero que los sucesivos Gobiernos rebajan o eliminan cuando el Estado se ve forzado a apretarse el cinturón), el archicelebrado descuento del 75 por ciento a residentes y tratamientosespecíficos en materias tan diversas como la política aduanera, transportes, telecomunicaciones, infraestructuras o energías.

En realidad, lo que se ha aprobado es el mejor REF que se podía aprobar en estos momentos: básicamente por reconocer el carácter independiente de la financiación –algo que hace sólo tres años estaba aún en duda pudiera lograrse- y porque recoge algunas reivindicaciones importantes, que Ana Oramas calificó de “históricas”, quizá con exceso de entusiasmo. La cuestión ahora es recordar que las leyes no son inmutables, y que hay que mantener la vigilancia. El Gobierno de Canarias gusta de decir que el REF no se ha tocado en los últimos 25 años, pero eso no es cierto. Desde su última revisión, el REF ha sufrido más de medio centenar de pequeños y no tan pequeños retoques, a veces de carácter presupuestario o con leyes o decretos leyes ‘ad hoc’. La más importante, la de birlarle a Canarias parte de los cuartos del REF descontándolos de la financiación general, y desvirtuando absolutamente el objetivo de la Ley, que es –podría decirse muy ‘grosso modo’- la de reducir el diferencial negativo con Península, introduciendo diferenciales positivos, entre ellos una financiación especial. Que no vuelvan a tocarnos eso, ya sería un éxito a anotar.