La llegada del Cristo de La Laguna a la Catedral deja cada año estampas llamativas. Ya desde primera hora de la mañana de ayer, mientras se oficiaba una misa, se creaba esa imagen habitual de estos días en que los fieles se agrupan en torno al Crucificado Moreno, que permanecerá en el templo catedralicio hasta la mañana del viernes. Y junto a ellos, las velas que acompañan a la imagen, el dosel que la cubre, una alfombra a sus pies con un ramo de flores, unas telas que cuelgan de las columnas, los colores de la luz que se cuela a través de las cristaleras... Son las cosas de septiembre, uno de esos momentos en los que la vieja Aguere se sumerge en sus tradiciones religiosas.