Un amigo me manda por guasap un enlace al BOE del pasado viernes 16, con una resolución de la Dirección General de Bellas Artes y Patrimonio Cultural del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, por la que se incoa expediente para declarar que las tapas son una manifestación representativa de patrimonio español. Lo primero que pienso es que se trata de una coña marinera, una broma simpática y postcarnavalera. Pero el guasap lleva un enlace al BOE, y cuando lo pulso me encuentro con ocho apretadas páginas de convincente jerga administrativa. Si alguien ha hecho un montaje, se lo ha tomado muy en serio, un buen curro. Recuerdo que para estas dudas está San Google, escarbo hasta dar con el BOE verdadero del viernes 16 de febrero. Y? ¡sorpresa! la cosa va absolutamente en serio: alguien en el Ministerio se ha tomado muy pero que muy en serio lo de que las tapas son "un elemento fundamental del patrimonio cultural inmaterial", y ha decidido empezar los trámites para oficializar que lo son, poniendo en conocimiento del asunto al Consejo del Patrimonio Histórico Español. Antes de hacerlo, la susodicha Dirección General solicitó informe del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y de la Real Academia de la Gastronomía, que permiten a la Dirección General establecer en su resolución que las tapas "se han convertido en uno de los elementos más representativos de la identidad no ya solo alimentaria, sino cultural de nuestro país, adquiriendo un gran reconocimiento internacional que las asocia ya de una manera indisoluble a lo español. Se ha convertido en uno de los elementos más representativos de la imagen exterior de España y se ha configurado como uno de los elementos más característicos y populares de algunas ciudades y territorios. Las tapas responden a una parte importante de la vida cotidiana y de la dieta española y, desde ese punto de vista, son un elemento fundamental del patrimonio cultural inmaterial". Y uno creyendo que son sólo un complemento de la cañita?

No tengo nada en contra del tapeo, todo lo contrario. Pero dudo que sea necesario que el Gobierno, en materia de tapas, tenga que realizar "labores de identificación, descripción, investigación, estudio y documentación con criterios científicos", o pasar los "testimonios disponibles a soportes materiales que garanticen su protección y preservación", o "velar por el normal desarrollo y la pervivencia de esta manifestación cultural, así como tutelar la conservación de sus valores tradicionales y su transmisión a las generaciones futuras"

Trastornado ante la idea de un destacamento de probos funcionarios del Ministerio dedicando -aún más- su tiempo y trabajo al estudio del "origen inmemorial de la tapa" (sic), "su ámbito espacial", su "comunidad portadora" (estructurada en cuatro grupos, a saber: "el público; los camareros y las camareras de los establecimientos; los cocineros y las cocineras; y los agentes difusores o prescriptores de la actividad"), o al "estudio de la tradición cultural de las tapas y el tapeo como manifestación representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial?", trastornado por tal esfuerzo técnico y funcionarial -digo- caigo en la melancolía de pensar que este país, su gobierno y su administración han perdido definitivamente el oremus. O bien, soy yo el que he perdido la capacidad de entender lo que ocurre a mi alrededor y no me he dado cuenta de que hace ya años las administraciones se ocupan diligentemente de miles de inutilidades, mientras los verdaderos problemas que deben resolverse siguen desatendidos. Reflexionare sobre eso con una birra y un pincho de tortilla patrimonio de todos.