La renovada imagen de Santa Cecilia procesionó el pasado miércoles en el interior de la iglesia de San Francisco de Asís, en Santa Cruz. Todo se desarrolló según lo previsto, salvo porque esta vez la patrona de los músicos y de la música ejerció como tal. Fue una misa con raigambre popular, de verdad y auténtica, sin edulcorantes. El motivo: la renuncia, por razones técnicas e insolubles, de la Coral Gran Tinerfe, el colectivo con el que la parroquia había contactado y concretado para cantar en el día de la efeméride de la santa.

No hubo problemas para solventar la circunstancia adversa, porque, según algunos con intermediación de la santa, la propia comunidad tomó el protagonismo de la mano del párroco, Jacinto Barrios, y de Juan Díaz, su mano derecha. Este último, un buen cantante, dirigió a la gente a la hora de entonar colectivamente salmos y otras coplas.

Por si fuera poco, tras la eucaristía, Yolanda Bonnet, otra feligresa habitual de San Francisco, entonó un sentido "Ave María", que llegó al corazón y al alma de todos los presentes.

Santa Cecilia recorrió luego a hombros las naves del templo de la capital tinerfeña y entre quienes la cargaban se encontraba su propio restaurador: el maestro José Fariña.

Fariña, funcionario ya jubilado del Ayuntamiento de Santa Cruz, músico y "manitas" con afición a la escultura, es responsable de esas fantásticas reproducciones en miniatura de monumentos de la ciudad que pueden ser admiradas en las Fiestas de Mayo. Ha sido el encargado de "pulir" la imagen de la Santa Cecilia centenaria de San Francisco. Como patrona de la música y de los músicos, el miércoles puso su mano.