Ocupados como estamos por el lío catalán, hace tiempo que nos hemos olvidado de los asuntos de por aquí abajo. Cataluña es como una aspiradora que ha hecho desaparecer las microalgas, los vertidos, la reforma de la ley electoral, el REF y hasta ese asunto tan supergrave y tremebundo que es quién se va a quedar con los 144 millones del contrato de la televisión canaria.

Es verdad que el Cabildo de Tenerife anunció ayer que en los próximos años van a gastarse casi cincuenta millones de euros en tratamiento de aguas residuales, un dinero que pondrán ayuntamientos y Cabildo, y que parece bastante lejos de los dos mil millones que alguien dijo -durante el debate sobre el "pleito fecal"- que hace falta invertir en Canarias para resolver el problema. La verdad es que no sé de dónde se sacan las cifras con las que de vez en cuando nos sacude algún experto, pero si es verdad que hacen falta dos mil kilos, lo de no tirar porquería al mar va a tardar algo más de lo previsto en resolverse.

En cuanto a la reforma electoral, Coalición parece que ha aceptado la propuesta del PSOE de apoyar la reforma que contemplaba el Estatuto en trámite, que establece que se reducirán los topes insulares y regionales y se incorporarán diez diputados al actual sistema, elegidos en lista regional. La propuesta entraría en vigor antes de las próximas elecciones, y -al reducir los topes-, permitirá el acceso al Parlamento de al menos dos diputados de Ciudadanos, uno por Tenerife y otro por Gran Canaria. Eso no parece alegrar mucho a Nueva Canarias, que perdería uno de sus diputados por Gran Canaria; ni al PP, que podría perder otro, por Tenerife. Nueva Canarias no quiere diputados regionales, pero no por ahorrar, que no estaría mal. Lo que pretende es que se incorporen a las listas insulares, un formato que les beneficia. Al final, va a ser que lo que se defiende no es una mejor representación, sino más pedazo de la tarta.

En cuanto al REF, alguien debe haberle explicado a Ángel Víctor Torres que una cosa es el REF fiscal (ya cerrada su reforma) y otra el REF económico, y que pagar deuda es justo lo contrario que venderla. Aunque eso debería saberlo: es vicepresidente de un cabildo que vende deuda, que los empresarios compran para dotar la RIC.

Y luego está lo de la tele: si se cesa a Negrín como presidente del Consejo o no se le cesa. Detrás de ese asunto lo que se esconde es quien (y a quien) adjudicará los millones de la tele. Con un poco de suerte cesan a Negrín, la tele se va a negro y el Gobierno tiene que permitir que se gestione como un ente de verdad público, que es lo que ya va siendo hora que ocurra, y no soltando pasta en cantidades ingentes cada diez años, en vez de mejorar su escasa calidad informativa y la precariedad de unos trabajadores que llevan subcontratados 18 años.

Esos son los asuntos de la agenda local canaria que sepulta el lío catalán. A su vez, esa agenda esconde algo de lo que aquí se habla bien poco, que es la creciente desigualdad social en las islas. Sinceramente, entre Puigdemont y los intereses particulares de nuestros políticos, de las cosas que de verdad importan, las que son de verdad urgentes, por ejemplo, la pobreza que afecta a decenas de miles de personas en Canarias, se habla muy poco o directamente nada. Y eso empieza a producir un cierto hartazgo.