El mundo funciona cada vez más a golpe de imágenes, de fotografías que circulan por las redes y ocupan el sitio que antes llenaban los argumentos y razones. No debe extrañarnos pues que el Comité Ejecutivo del PP emitiera el lunes por las redes y los guasaps una imagen antes que un comunicado. Era la imagen de todo el Comité Ejecutivo alzando la mano para respaldar a la búlgara, sin una solitaria excepción, el pase a la oposición de todo el PP regional. Una foto magnífica, pero... ¿No estaba ya el PP en la oposición? ¿No negociaba entrar en el Gobierno para dejar de estarlo? ¿Qué es lo que refleja esta foto de partido con un montón de gente seria desde la primera a la última fila, levantando unánimemente la mano?

En realidad la foto-comunicado del PP, la foto del respaldo búlgaro a Antona es la foto del aplauso obligado a un minúsculo error. El error de anunciar una negociación y lanzarse a ella sin tener cerrado previamente el marco de un acuerdo posible. Ni con los otros ni con los tuyos. Para responder al fracaso que supone iniciar una negociación y no concluirla, el PP reacciona como los equipos humanos bien conjuntados, encajando la frustración colectiva como un solo hombre y a la orden de la foto: "y ahora, pongan cara de circunstancias, levanten las manos y... ¡clic!" Enfrente, toooodo el partido, y en la mesa Manuel Domínguez, María Australia Navarro y Lope Afonso, todos con la mano alzada, saludando al futuro opositor, y María Australia con el dedo índice señalando al infinito y más allá, como un Buzz Light-year con minifalda, decidida a llevar al partido a la galaxia opositora, donde moran las viejas estrellas moribundas, los astros apagados, los agujeros negros y los planetas de hielo. Solo Antona permanece sin levantar la mano en la foto. Lo que se vota es su propuesta de estrategia de oposición -estrategia, táctica, oportunidad, posibilidad...- y así en el camino descendente de las jerarquías -opción, decisión, columpiada, error de cálculo- hasta el punto mismo de la unanimidad que quiere explicar una negociación a todo o nada, interrumpida cuando más cerca se estaba del acuerdo, al parecer para demostrar que en el PP de Canarias existe liderazgo suficiente para agotar e interrumpir una negociación cuando el líder cree que debe ser interrumpida.

¿Y ahora? Ahora sale Martínez Maíllo garantizando desde Génova que el PP canario no se unirá a ningún frente de hostigamiento a Clavijo, y al mismo tiempo "hará una oposición en libertad, sin cheques en blanco". Traducción: no se firmará oficialmente el pacto de estabilidad propuesto por Coalición a Rajoy, pero se cumplirá. Mucho. Bastante. Casi siempre. Lo que sea necesario. El PP canario decidirá día a día en qué consiste esa nueva forma de hacer oposición... Puede ser María Australia pidiéndole a Santiago Negrín que se vaya a su casa por las buenas, o meter alguna enmienda conjunta con Podemos a los presupuestos de 2018, o liarla un poco con los nombramientos pendientes por el Parlamento, o sacarle los colores por las cuentas a Rosa Dávila... cosas así, molestias, putaditas, demostraciones de independencia... pero no tanta independencia como para que el voto de Ana Oramas se ponga a tocarle las narices a Rajoy, también en la oposición, y deje de ser el voto 175 del Gobierno para ser el 176 de los otros, en otra bonita foto de manos alzadas.