Coalición y PP se dieron ayer un sonoro portazo, dando por rotas de manera extraoficial las negociaciones para cerrar un pacto de Gobierno que permita dotar de estabilidad al Gobierno de Fernando Clavijo. A pesar de los esfuerzos realizados por los negociadores, que ambas partes reconocen, no parece haber posibilidad de entendimiento ni en el programa ni en el reparto de áreas de poder. En el programa, el desacuerdo está en una rebaja del 0,5 por ciento del IGIC, una suerte de premio de consolación solicitado por el PP, que la permanente de Coalición, celebrada ayer, ha rechazado asumir. Y en las áreas de Gobierno, después de haber aceptado Coalición las cuatro consejerías que inicialmente pidió Asier Antona -Turismo, Economía, Políticas Sociales y Obras Públicas-, el viernes el PP decidió cambiar Políticas Sociales por Agricultura y Economía por Presidencia.

El acuerdo, que el pasado viernes se daba por encaminado, al final podría no materializarse. El miércoles, el mismo día en que se debate en el Parlamento la Ley de Crédito Extraordinario, María Dolores de Cospedal visita las Islas, dicen en Coalición que para meter en cintura al PP, y dicen en el PP que para respaldar la decisión que finalmente adopten los de Antona. Sea para lo que sea, ni en el PP ni en Coalición parecen estar seguros de que la visita pueda a estas alturas modificar la actual situación de bloqueo. En Coalición se confía más en el encuentro que Clavijo y Rajoy, mantendrán el viernes a las nueve y media de la mañana en Madrid. A la espera de lo que haga el PP con la Ley de Crédito Extraordinario -en Coalición se quejan de que el PP parece teledirigido por Nueva Canarias en sus enmiendas- lo que parece interesar ahora a Coalición es que el PP mantenga su apoyo parlamentario. Supongo que así será en las grandes cosas, al menos mientras el voto de Ana Oramas le resulte imprescindible en Madrid a Rajoy. Pero los asuntos de menor enjundia se pueden complicar bastante.

Si finalmente no hay acuerdo de Gobierno, se abrirá una etapa de extraordinaria dureza, en la que todo puede ocurrir. A lo largo de los últimos meses, el PP ha mantenido este Gobierno en minoría, impidiendo que los asuntos más importantes de la legislatura embarrancaran. Con los Presupuestos de 2017 aprobados por los socialistas, el PP evitó la derrota de Clavijo en la Ley del Suelo, tras un inopinado cambio de posición de un PSOE que había respaldado parlamentariamente el proyecto, y que -de hecho- votó favorablemente casi el 90 por ciento del texto, pero no el texto completo. Falta saber ahora si Clavijo conserva algún as en la manga, si va a ser capaz de seguir sosteniendo su legislatura con apoyos externos. Parece una tarea difícil, pero es de suponer que si Coalición no ha cedido a las cambiantes exigencias del PP es porque Clavijo cree posible gobernar en solitario, aunque pueda sufrir un desgaste extremo.

El primer episodio de ese desgaste se va a producir ya mismo, cuando se debata este miércoles la Ley de Crédito Extraordinario, y el PP encuentre de pronto, que hay que cambiar 60 millones de sitio... La votación de la Ley coincide con la fecha límite que planteó Antona para cerrar el acuerdo, el 19 de julio. ¿Castigará Antona al Gobierno con la ley? ¿Volverá a ampliar el plazo? ¿Acabará interviniendo Rajoy? Todas las opciones parecen estar abiertas. Pero lo único que es seguro es que en Canarias las negociaciones -incluso las "cerradas de antemano"- las acaba cargando el diablo.