El barraquito a media mañana, el aperitivo del mediodía, la lectura sosegada con el García Sanabria de fondo en las largas tardes de primavera o el gusto por compartir veladas entre amigos con el fútbol como excusa habían perdido sabor. Nada era igual desde febrero de 2016 en la capital tinerfeña porque estaba cerrado el quiosco Numancia. Hasta ayer, cuando reabrió para "VIPS" y otros invitados. Hoy recuperará su pulso habitual, el más popular y urbano para los vecinos de la ciudad y sus visitantes ocasionales.

Lo del año pasado fue un "hasta luego" de uno de los establecimientos de ocio más emblemáticos de la capital tinerfeña después de más de 30 años "de servicio" en la Rambla de Santa Cruz, entre el parque y la calle que le da nombre, como punto de encuentro, amanecidas de Carnaval o referencia para ubicarse. El Numancia, algo más que un quiosco, vuelve.