De Willy García podrán decirse todas las cosas que se quiera, y yo mismo he dicho unas cuantas, pero -desde luego- no puede decirse nada de su probada lealtad con Paulino Rivero. En su declaración ante la juez instructora de la "Operación Gloria", sobre las contrataciones millonarias a su antiguo jefe, Francisco Padrón, Willy se ha atribuido toda-toda-toda-toda la responsabilidad. Nadie le pidió nada, nadie le aconsejó nada, nadie le dijo nada... Le pagó dos millones de euros a Padrón por una bazofia televisiva que no emitió o colocó en las madrugadas, lisa y llanamente porque le salió de las narices. Uno, que sabe cómo dejó Willy la Universidad de la Vida y cómo y para qué llegó a la tele, no se cree esa supuesta autonomía suya un pimiento, pero sospecho que en los próximos meses no se va a bajar de ahí.

Por eso, si de lo que se trata es de encontrar responsabilidades directas del ex-Rivero en este meneo de la contratación de producción televisiva, alguien podría preguntar por los convenios entre Turismo, la tele canaria y algunas empresas del ramo. Que ahí hay pomada, y además en eso las instrucciones sí eran directas de Rivero, que asumió Turismo precisamente para darse sus viajitos, tratar con azafatas y manejar mucho presupuesto.

Mientras alguien se decide a meter el hocico en Turismo, es obvio que Willy quiso ante la juez blindar a su jefe. Pero no así a sus subalternos: cuando la jueza le preguntó sobre los contratos a Siete Mares, empresa que en el mundillo de la tele se considera vamos a decir que próxima a Rubén Fontes, secretario de organización de Coalición Canaria en Gran Canaria, Willy fue muy explícito: "Tenía un jefe de producción llamado Rubén Fontes -dijo-, que era el encargado de gestionar esas retransmisiones exteriores... A mí sólo me pasaban los pagos para la firma". Vaya órdago: no sé si a Fontes se le habrá puesto ya cara de chivo expiatorio, pero seguro que habrá llamado al sheriff Paulino a pedir instrucciones. Como ha hecho siempre.

Mientras Willy dispara para abajo, Lourdes Reyes lo hace para arriba: el jueves quiso implicar a Daniel Cerdán en los contratos de Padrón, pero decir que Cerdán hizo trampas es como acusar a Santa Claus de pederastia. La historia es muy otra: Cerdán dimitió como director general de la tele, apenas siete meses después de ser nombrado, porque se negó a ser parte de los enjuagues que ya preparaba el paulinato. Se fue directamente al paro y Paulino le hizo purgar ocho años sin dejarle siquiera acercarse a un despacho, porque fue el primero (y el único en muchos años) que le dijo a Paulino que no. ¿Y ese es el tipo que dice Lourdes Reyes que le ordenó reunirse con Padrón? Si lo hubiera hecho, probablemente habría seguido dirigiendo la tele, o el paulinato le habría compensado con algún premio de consolación... De Lourdes Reyes se dice que sabe de números y de secretos. Y parece que también sabe inventar historias para no dormir.

DJ Willy y la señorita Reyes... Vaya par.