Cuando hay grandes eventos, algunos hacen su agosto con la reventa de entradas. La reventa siempre ha sido una muy lucrativa actividad al margen de la taquilla en conciertos, espectáculos y acontecimientos deportivos de gran entidad. Todos sabemos que gente avispada, bien relacionada y con pocos escrúpulos, vinculada por trabajo o proximidad a estas cosas de la farándula, la organización de saraos y el "pinchadisqueo", suelen hacerse un sobresueldo con la reventa de entradas, cuando llegan los "marcantonis" o no llega el Sabina. Pero una cosa es el menudeo, tolerado en la mayoría de los casos por las propias empresas que organizan los cotarros y miran para otro lado, porque a ellas les viene bien vender, y otra cosa muy distinta que el negocio de la reventa se haga a escala millonaria y con dinero público.

Tras la imputación contra Willy García, adelantada por este periódico hace ahora un mes, se ha sabido que una parte de los 260 programas que el ex director general de la tele del paulinato contrató en 2008 a Paco Padrón a través de su productora -Amanecer Latino- fueron en realidad una pura y simple reventa. Con el agravante de que el objeto de la reventa ya había sido usado, no como las entradas, que aún sirven (en la mayoría de los casos). Y es que los programas comprados por Willy fueron grabados, montados y emitidos con anterioridad a su venta por la televisión de Padrón, Canal 7.

Willy García pagó en plena crisis económica, y en medio de restricciones generales del gasto público, la friolera de 1.639.800 euros por 260 entrevistas a deportistas canarios, contratadas a toda prisa, la primera de las cinco series, apenas cinco días después de llegar a su cargo. Uno podría pensar que es posible que Willy García fuera nombrado precisamente para firmar esos contratos con el que había sido su jefe y principal valedor, Francisco Padrón, porque Daniel Cerdán, que estaba antes de Willy, no se habría prestado a tal mamoneo. De hecho, Cerdán dimitió de su cargo cuando el Gobierno, en su primera decisión en materia de comunicación, decidió suspender la adjudicación del contrato programa de la televisión pública, para dárselo a otra empresa. Pero esa es otra historia. La que nos ocupa es que Padrón se entusiasmó y repitió la reventa de un programa ya emitido, esta vez por TVE, a Willy García. El programa revendido -una serie de entrevistas a Vázquez Figueroa- se entregó por despiste a la tele canaria sin quitar siquiera las cortinillas de título de TVE, por lo que la tele canaria decidió no emitirlas. Como había que dar una explicación, Willy dijo que en las entrevistas Vázquez Figueroa salía fumando. Lo asombroso es que esa excusa tan ridícula se haya sostenido hasta que la policía -tras recibir una denuncia anónima- decidió comprobar lo que había y se encontró con la juerga de las reventas. El resultado, ya saben, es que Willy está imputado por malversación de caudales públicos. La vista -el 19 de julio- es pública: no habrá entradas en reventa.