Entre los que hablan de La Palma como manicomio a cielo abierto o los que -con la ilustre palmera Elsa López- se refieren a ella como "la isla del viento", por aquello del asirocamiento, uno -que es palmero consorte y tiene que andarse con mucho ojo con sus opiniones- se queda con la idea de que el palmero más tonto es profesor de lo que sea (y algunas veces profesor y candidato a la presidencia del Cabildo). Pero no es una cuestión de listeza, sino de carácter: uno mete a cuatro palmeros a negociar un acuerdo, y antes de que acabe el día salen de la habitación con cuatro religiones distintas, setecientos veintidós nombretes y ningún acuerdo. Lo digo a cuenta de la que se está liando por lo de Breña Alta, Tijarafe y El Paso, que hasta Barragán pone lo que pase por allí como condición para cerrar el pacto de Gobierno regional. Resulta que los socialistas que se presentaron en esos pueblos (palmeros antes que socialistas) quieren pactar con el PP, por aquello de que pueblo pequeño, infierno grande. Y también por liarla, que es el deporte local por excelencia, va el candidato Perestelo, especialista en mudanzas interruptus, y asegura que los pactos del PSOE con el PP están ya hechos. Y no es así.

Lo que está pasando en La Palma es que Coalición lleva algunos años perdiendo fuelle, quizá porque quienes mandan desde los tiempos de la Agrupación Palmera siguen aplicando las mismas recetas monjiles de siempre, el divide y vencerás y todas esas mañas de bordado y pespunte con las que antes se resolvían los asuntos y se adornaban las puñetas. Ahora, hasta Pestana va y les gana en el Cabildo, y eso es más de lo que se puede tolerar. Porque hubo un tiempo de pasadas grandezas en que API era fuerza nuclear de las Agrupaciones Independientes, y Antonio Castro controlaba -o casi- toda la tropa de periféricos. Pero eso ha ido cambiando, y el peso político de API se ha reducido hasta esos tres diputados con los que Perestelo quiere romper los pactos con el PSOE para volver a ser presidente insular. Los palmeros (los de API) siempre han conseguido lo que querían amagando con irse, pero eso ya no se lo cree ni el médico chino, que, según investigaciones científicas muy rigurosas, también era palmero, pero del CDS. Ahora quieren los palmeros (de API) hacerse un pacto con el PP, que el muy discreto Asier Antona les ha ofrecido. Para cerrarlo necesitan que Clavijo rompa con el PSOE, y Blas Bravo, alcaldable socialista de Breña Alta, les va a dar la excusa perfecta. Con la ayuda de los socialistas de Tijarafe y El Paso

Tendría su gracia que el acuerdo más lógico en Canarias -mantener el pacto Coalición-PSOE- se vaya a plantar pinos porque todos los palmeros electos quieren quitarse la foto de autoridad principal en la Bajada.