El área de Paleontología de la Universidad de La Laguna estudia la viabilidad de crear un paleoparque en la reserva de la biosfera de Anaga, en Tenerife, en donde hay depósitos de fauna marina en las etapas geológicas cálidas, y antiguos ambientes de dunas fosilizadas.

En un comunicado la Universidad de La Laguna indica que el área, bajo la coordinación de Carolina Castillo, trabaja en la actualidad en tres proyectos cuyo propósito común es revalorizar los yacimientos paleontológicos canarios, entendidos no solo como objetos de estudio científico, sino como recursos socioculturales con aplicaciones en el campo de la educación, la cultura y el turismo.

En la Reserva de la Biosfera de Anaga existen dos grandes tipos de yacimientos: uno de depósitos marinos costeros, en los cuales se hallan vestigios de la fauna marina que hubo en las islas en etapas geológicas más cálidas; y otro que son las paleodunas, antiguos ambientes dunares del norte de la isla cuyos vestigios han quedado fosilizados gracias a las coladas volcánicas; conviene recordar que, hace 700.000 años, El Teide aún no existía y, por tanto, el paisaje se asemejaba a las actuales dunas de Corralejo (Fuerteventura), de lo cual dan cuenta estos vestigios.

Aunque el paleoparque vendría a ocupar la extensión de la reserva de Anaga, existen otras áreas de que quedarían fuera de su demarcación pero que poseen formaciones sedimentarias similares y, realmente, formarían parte del mismo conjunto, sobre todo en el caso de las paleodunas.

Por ello, Castillo aboga por que todo ello se conserve como un conjunto, por lo que habría que redefinir los límites del paleoparque incluyendo esa parte.

Es importante conservar intactos los yacimientos para preservar la información paleobiológica que albergan y así, es preferible hacer pruebas a los fósiles in situ, porque desde que sean retirados de su ambiente y llevados a un laboratorio, la pieza deja de tener datos sobre lo que vaya acaeciendo en la actualidad, como si de algún modo se parara en el tiempo.

Una de las metodologías para estudiar los yacimientos en el escaneo en 3D y en el proyecto del paleoparque se está utilizado la técnica de la fotogrametría, en la cual se toman muchas fotografías del lugar, ya sea a mano o con un dron, que luego serán solapadas a través de un programa informático que reconoce los puntos comunes de las imágenes y genera el modelo tridimensional.

En cambio, para el segundo de los proyectos, que se estudia el género gallotia (lagartos), las muestras se digitalizan mediante tomografía computerizada, un proceso complejo porque la imagen obtenida es muy cruda, en escala de grises, y obliga a un procesado posterior muy laborioso para lograr el modelo definitivo.

La ventaja es que permite imprimir el modelo de la muestra con una impresora 3D y reescalarlo respecto al tamaño original, de tal modo que se puede contar con una réplica mayor que la real para un mejor análisis.

Otro de los objetivos de los tres proyectos es otorgar un valor sociocultural y socioeconómico a los recursos obtenidos en los trabajos de investigación en los yacimientos. Por ejemplo, todo lo que se digitalice podría servir para realizar productos culturales y divulgativos como repositorios para su consulta o libros electrónicos, pasando por visitas comentadas a yacimientos, englobadas en el turismo cultural.

Estos tres proyectos son, concretamente, uno financiado por la Fundación CajaCanarias para estudiar la viabilidad de crear un paleoparque en la Reserva de la Biosfera de Anaga; otro con fondos del Gobierno de Canarias, centrado en el estudio de restos de la especie gallotia (un género de lagartos endémicos) en diversos yacimientos de Tenerife; y un tercero, concedido por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) del Ministerio de Ciencia, Educación y Universidades, para difundir la importancia de los yacimientos paleontológicos como parte del acervo sociocultural.

Especialmente en el primero y el segundo de los proyectos, un elemento fundamental es el uso de la tecnología 3D para estudiar los yacimientos.

En estos proyectos también participa, gracias a un convenio marco de colaboración, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y la Universidad Nacional de Río Negro, ambas entidades argentinas, gracias a la presencia en el centro académico sudamericano de Penélope Cruzado Caballero, cuya licenciatura fue en la ULL y, aunque se doctoró en la Universidad de Zaragoza y ahora está en Argentina, ha mantenido vínculos científicos con la institución canaria.

El primero de los proyectos estudia la viabilidad de crear un paleoparque en los yacimientos ubicados en la Reserva de la Biosfera de Anaga pues aunque existen otras figuras legales que podrían proteger estos recursos, esta es la más específica.

Además, en casos como yacimientos de poca extensión pero alto interés científico, resulta difícil recurrir a figuras como la de monumento natural u otras, de ahí la necesidad de una salvaguardia especializada.

Con los datos obtenidos a partir de los fósiles se puede extraer enseñanzas aplicables a los posibles escenarios que se presenten en Canarias como consecuencia del calentamiento global.

En este último caso, la integridad de la reserva paleontológica podría sufrir a causa de las visitas pero, según la profesora Cruzado, el riesgo se puede solventar con cierto esfuerzo pedagógico: “Si no les explicas qué es, van a ir a poner un grafiti. Pero si difundes el yacimiento y enseñas su relevancia, la población lo va a cuidar”.