El pleno del Cabildo de Tenerife acordó hoy por unanimidad una declaración institucional en la que rechaza "la política de hechos consumados" de Aena sobre la nueva terminal del Aeropuerto Tenerife Sur y reclama la suspensión del concurso convocado, así como "el máximo consenso técnico e institucional" para un nuevo proyecto.

El acuerdo ha sido alcanzado en un pleno urgente y extraordinario a raíz de que Aena anunciara la semana pasada, sin conocimiento del Cabildo, la licitación de la construcción de un edificio de unión entre las actuales terminales T1 y T2 y más aparcamientos, por un total de 62,4 millones.

El Cabildo, que defiende una nueva terminal construida con criterios de calidad acordes con el destino turístico, pide en su acuerdo institucional la reestructuración de la inversión en el aeropuerto Tenerife Sur, con el compromiso de que el proyecto que salga del consenso de las partes tenga continuidad en el Documento de Regulación Aeroportuaria (Dora) 2022-2026.

Persisten los problemas estructurales de la actual terminal, que fue construida con urgencia hace más de cuarenta años, y que es un edificio excesivamente estrecho para garantizar el correcto flujo de pasajeros de entrada y salida, indica el Cabildo.

También se pide a Aena que traslade al Cabildo los documentos que se están elaborando sobre planificación de Tenerife Sur, entre otros la revisión del plan director y el plan funcional de la nueva zona terminal.

Otro de los puntos del acuerdo indica que el nuevo edificio terminal de Tenerife Sur debe permitir una completa integración y coordinación funcional con los diversos sistemas de transporte terrestre que se desarrollen en el sur de la isla.

Se pide además que se estudie la viabilidad de incorporar servicios de reparación de aeronaves y de recepción de aviones corporativos.

El presidente del Cabildo, Carlos Alonso, subrayó que este acuerdo unánime "refuerza la posición de la isla" después de que Aena no haya tenido en cuenta al Cabildo para trabajar conjuntamente, a lo que se había comprometido.

Es un tema "grave e importante para el futuro económico de Tenerife", dijo Alonso, quien informó de que Aena ya les ha remitido el proyecto, que está siendo analizado por el equipo de asistencia técnica contratado por el Cabildo.

El director insular de fomento del Cabildo, Miguel Becerra, expuso que lo que se requiere es una terminal moderna, abierta, luminosa, con espacios y vegetación, acorde con un destino turístico de calidad, ya que de los 11 millones de personas que la utilizan anualmente el 95% son visitantes.

Ya en los años setenta del siglo XX, cuando se empezó a hablar de un segundo aeropuerto en Tenerife, se exploró la posibilidad de encargar el proyecto a César Manrique, pero finalmente los acontecimientos se precipitaron por el accidente de aviación de los Rodeos de 1977 y con prisas se adoptó el proyecto utilizado entonces para el Aeropuerto de Sevilla.

El portavoz de Podemos, Fernando Sabaté, consideró que la demanda de una nueva terminal "es correcta y oportuna" porque la actual es obsoleta y pequeña y necesita una actualización, al tiempo que defendió el aprovechamiento de las infraestructuras existentes.

Sabaté denunció el modelo "neoliberal" con que se gestiona Aena, basado en la utilización del 80% de sus beneficios para el reparto de dividendos, en lugar de para la inversión en las infraestructuras necesarias.

Manuel Domínguez, portavoz del PP, señaló que no se deben desaprovechar los fondos comprometidos ya por Aena, sino que sean el inicio de un proyecto plurianual que culmine con una financiación adicional a partir de 2022 para la nueva terminal.

Miguel Ángel Pérez, del PSOE, consideró necesario este pronunciamiento unánime, aunque matizó que hay asuntos más importantes para la isla y para los tinerfeños que la terminal del aeropuerto.

Alberto Bernabé, de CC, dijo que la terminal del aeropuerto es una cuestión estratégica para la isla y nada de lo que prepara Aena tiene que ver con la idea del Cabildo de contar con una terminal espaciosa, luminosa y de calidad, sino que se trata de un proyecto "feo y malo", por lo que los técnicos han podido conocer de él.