La tortuga caretta caretta, la piña de mar, los sebadales y el escarabajo pimelia canariensis forman parte de la historia de un macroproyecto que dejó de serlo: el puerto de Granadilla. Su presencia en mar y tierra retrasó una construcción cuya puesta en servicio se anunció, por última vez, para el pasado julio. Aunque la Autoridad Portuaria defienda que es apto para el atraque de algún tipo de buque o de plataformas, si bien no dispondrían de los servicios que requerirían, la primera operación (que se conozca) realizada fue la botadura (el pasado abril) de una embarcación construida en el propio Polígono Industrial destinada a realizar excursiones marítimas en Los Cristianos.

"La fecha que tenemos prevista para la terminación de las obras en Granadilla es finales de junio, y esperamos que no se prolongue mucho más", señaló en mayo el presidente de la Autoridad Portuaria, Ricardo Melchior. La realidad es que el Consejo de Administración de ese ente adjudicó el segundo tramo del muelle polivalente a finales de julio por 7.033.633,07 euros con siete meses de plazo para su realización.

El puerto granadillero aparece en 1971 en el primer Plan Insular de Ordenación de Tenerife vinculado al desarrollo del Polígono Industrial de Granadilla. La obra no sería adjudicada hasta el 27 de febrero de 2007 a la UTE compuesta por FCC Construcción, Sato y Promotora Punta Larga por 114.582.734,45 euros y un plazo de ejecución de 37 meses.

El Gobierno de Canarias declaró el proyecto de interés público de primer orden, "por imperiosas razones de índole social y económica", el 6 de mayo de 2002. Casi un año después, el 26 de febrero de 2003, el Ministerio de Medio Ambiente emitió la Declaración de Impacto Ambiental.

Pero el puerto resultante no es el ideado. En noviembre de 2004 sufrió una reducción importante "para garantizar la viabilidad económica y su operatividad, así como el menor impacto ambiental". Es el momento en que se le ubica a 1.750 metros de los sebadales (inicialmente estaba a 500 metros) y le restan 300 metros de longitud al dique exterior, dejándolo en 650 metros. El 26 de enero de 2005 hubo un segundo recorte cuando la Autoridad Portuaria dejó el dique exterior en 2.512 metros, el contradique en 1.092 metros y el muelle de ribera en 1.013 metros lineales. La explanada posterior abarcará 43,85 hectáreas.

El 13 de febrero de 2009 fue el primer anuncio oficial del comienzo de las obras del puerto tras cumplir con todos los requisitos medioambientales exigidos por la Unión Europea. Pero el 26 de ese mismo mes la Sala de lo Contencioso-Administrativo del TSJC, a petición de la Federación Ecologistas en Acción, suspendió cautelarmente la descatalogación de los sebadales de Granadilla. Dos semanas después, el 4 de marzo, confirmó la suspensión cautelar de la descatalogación de los sebadales presentes en el entorno del futuro puerto de Granadilla. La obra fue paralizada.

Una vez materializada la descatalogación de los sebadales en la nueva de Ley de Catálogo Canario de Especies Protegidas, la Autoridad Portuaria decidió comenzar la obra. Era el mes de julio de 2010, el año en que el puerto de Granadilla debió entrar en funcionamiento, si se hubieran cumplido los plazos estipulados en la adjudicación.