El Cabildo de Tenerife anunció ayer el cierre de la piscifactoría de Aguamansa, en La Orotava, tras una visita del Servicio de Sanidad Ambiental, que depende de la Dirección General de Salud Pública del Servicio Canario de Salud (SCS). Sanidad solicitó ayer desconectar el vertido de agua de la piscifactoría al Canal del Norte, que abastece a la población de Santa Cruz de Tenerife y parte de La Laguna, y unas horas después la administración insular anunció el cierre definitivo de la instalación de cría de truchas, que empezó a funcionar en 1972. El cese de la actividad es una decisión que, según informó anoche el Cabildo, "se tomó de común acuerdo con la Consejería de Sanidad".

El Cabildo aseguró en un comunicado que Sanidad visitó las instalaciones "a petición del propio Cabildo". En ese mismo pronunciamiento oficial se sostiene que "el área de Medio Ambiente estaba valorando el cese de la actividad en diciembre de este año, ya que la piscifactoría había dejado de cumplir la función comercial por la que se puso en marcha y se había convertido prácticamente en un reclamo turístico. Así, en coordinación con las autoridades del Gobierno canario, ha decidido dar por finalizada esta actividad, siguiendo los protocolos establecidos en la normativa".

Pese al cierre, el Cabildo reitera que "el tratamiento con medicamentos a los peces realizado en junio de este año fue prescrito por un veterinario y que se utiliza habitualmente en las piscifactorías de España con el objetivo de prevenir enfermedades derivadas del aumento de la temperatura del agua. Durante la prescripción del mismo se cumplió con los protocolos de seguridad, respetando el periodo de supresión necesario del medicamento. En ese sentido, no se ha registrado ningún incidente ni riesgo de contaminación para la población, ya que el agua para el consumo humano recibe el tratamiento y los controles establecidos en el Real Decreto 140/2003 por parte de los ayuntamientos".

La piscifactoría se ubica en el Centro Forestal de Aguamansa, que acoge al personal de Medio Ambiente que desarrolla habitualmente su labor en la zona Norte. Dispone de un vivero de flora autóctona, labor que se continuará realizando. Los responsables de Medio Ambiente están valorando la posibilidad de realizar allí proyectos de educación ambiental.

La polémica por el informe sobre el medicamento aplicado a las truchas de la piscifactoría, y su conexión con el Canal del Norte, ha derivado en el cierre repentino la instalación.

En torno a las 14:00 horas de ayer se cortó el flujo continuo de agua que permite sobrevivir a las truchas de la piscifactoría. Estos peces no pueden vivir en aguas estancadas, por lo que detener la corriente de agua mató en unas horas a las alrededor de 12.000 truchas de la instalación insular.

Críticas vecinales

Más de una veintena de vecinos de Aguamansa, alertados por el corte del flujo de agua en la piscifactoría, se personaron en la tarde de ayer en la instalación, que tenía en la puerta un cartel de "cerrado por obras". Al comprobar que había cientos de truchas muertas o moribundas, llamaron a la Guardia Civil, que acudió para tomar testimonios y realizar fotografías de los estanques. Los vecinos concentrados criticaron a Sanidad por lo que consideran "una muerte inadecuada" y "el desperdicio varios miles de kilos de alimento por no plantear otra manera de resolver este problema. Esto lleva así 44 años y ahora no han querido esperar ni 24 horas para que todas esas truchas se pudieran aprovechar".