"2017 será un año malo para la producción de miel en Tenerife debido a la sequía. Apenas ha llovido y en El Teide no nevó lo suficiente, con poca floración en la retama. La producción caerá, al menos, un 40% con respecto a 2016". Así se manifestó, en declaraciones a EL DÍA, el presidente de la Asociación de Apicultores de Tenerife (Apiten), Roberto Marrero, quien dijo que este año las mieles más afectadas son "las de remata, tajinaste y otras como las que se dan en costa, que en este ejercicio no se han podido recolectar".

La falta de lluvias lleva a "una mayor mortandad de las abejas. Y si no tienen alimento, somos los apicultores los que tenemos que alimentarlas. Eso supone un mayor coste. Asimismo, nosotros intentamos no subir los precios, pero cuando no hay miel, entra más producción de fuera. Nuestra producción no abastece el mercado canario", aseveró.

En cuanto a las enfermedades en las abejas, destacó que "la varroa la tenemos más o menos controlada. Asimismo, este año tampoco ha habido mucha virosis, ya que no se han producido con frecuencia variaciones de temperaturas. Estamos tranquilos".

El titular de Apiten también valoró positivamente "la puesta en marcha de tres salas de extracción periférica de miel, algunas de ellas ya están casi montadas. En concreto, se instalarán en Arico, Arafo y La Orotava. La de Arafo intentamos inaugurarla en el plazo de dos semanas". Marrero resaltó que "la Casa de la Miel dejó de extraer la miel de los apicultores y se lo propusimos al Cabildo de Tenerife, que nos ha ayudado económicamente, además de la colaboración de los ayuntamientos con los locales".

Y añadió que "estamos en contacto con otras administraciones para buscar una sala de extracción para el área metropolitana, en concreto para la gente de El Rosario, que se queda un poco descubierta".

Marrero destacó que el Gobierno canario "ha cedido a Apiten ser el órgano gestor de la Denominación de Origen Mieles de Tenerife. Eso es muy bueno para el sector. Solo hay tres denominaciones de origen de miel en toda España".

"Tenemos garantizado el relevo generacional en esta actividad, manteniéndose las cifras de apicultores en 660 y 16.000 colmenas. Este año hemos puesto en marcha cinco cursos y ha respondido muy bien", concluyó.

Una práctica artesanal con gran variedad de mieles

La apicultura que se practica en Tenerife es artesanal. Debido a su orografía, los colmenares suelen ser de pequeña dimensión y de difícil acceso, lo que dota de una especial dificultad y singularidad a esta actividad, que constituye para muchos apicultores un importante complemento de la renta familiar. Se producen en la Isla una gran diversidad de mieles que ofrecen un amplio abanico de colores y sabores que van desde las tonalidades muy claras y sabores poco intensos de la miel de tajinaste, al color oscuro y sabor fuerte de la miel de monte o de castaño, pasando por toda una gama de ámbares y dorados inimaginables. Se pueden encontrar exquisitas mieles multiflorales que tradicionalmente se han diferenciado en mieles de costa, de monte y de cumbre, según su zona de producción. Igualmente se producen una gran diversidad de mieles monoflorales en las que se evidencia el mayor grado de personalidad y contraste. La Isla se constituye como un auténtico continente en miniatura, ya que su orografía y abrupto relieve producen grandes variaciones climáticas. Se produce entre 15 y 20 toneladas de miel al año. Se suelen hacer dos campañas de recolección, una en la costa y otra en la cumbre, recogiéndose entre 10 y 15 kilos de miel por colmena.