Las obras del Balneario de Santa Cruz de Tenerife saldrán a concurso en los próximos meses, ha indicado hoy la consejera de Hacienda del Gobierno de Canarias, Rosa Dávila, quien ha destacado la importancia de recuperar ese espacio, que forma parte del patrimonio histórico, cultural y social de las islas.

Rosa Dávila ha explicado en un comunicado que la primera fase de las obras tiene un presupuesto de algo más un millón de euros y con ellas se prevé reforzar la estructura del edificio para asegurar su estabilidad y además adaptar el inmueble a la normativa urbanística.

La consejera de Hacienda del Gobierno de Canarias ha hecho este anuncio tras una reunión entre el director general de Patrimonio, Arturo Cabrera; el concejal de Infraestructuras del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, José Alberto Díaz Estébanez, miembros de la Plataforma de Defensa del Balneario y otros representantes del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife

El Balneario, que se construyó a principios del siglo XX y durante decenios fue punto de encuentro y veraneo de miles de santacruceros, es un edificio característico de la arquitectura racionalista de los años 30 del siglo pasado, y con la ampliación del puerto de Santa Cruz quedó alejado de la costa y fue cerrado en 1992.

Rosa Dávila ha indicado que la reparación de los elementos estructurales constituye el primer paso para la rehabilitación completa del edificio, que requeriría un presupuesto aproximado de tres millones de euros.

"Tras esta inversión total, ya sería posible destinarlo nuevamente a uso público", ha apuntado Rosa Dávila, quien ha agregado que esta actuación responde al interés del Gobierno de Canarias por recuperar y poner en valor el patrimonio histórico y cultural de las islas.

El Balneario de Santa Cruz posee un gran valor histórico y cultural, a la vez que tiene un indudable componente social que lo convierte en un espacio muy vinculado a la vida de los santacruceros, por lo que se trabaja para recuperarlo y devolverlo a la ciudad, ha manifestado la consejera.

Dávila ha destallado que tras los análisis químicos y físicos del edificio, el informe realizado por la Dirección General de Patrimonio determina que el antiguo Balneario tenía un "potente y generalizado proceso de carbonatación de los hormigones", causado por defectos en la correcta ejecución de la estructura original, una deficiente calidad de los componentes del hormigón utilizado, así como daños físicos generados por el uso.

Por ello, el informe subraya la necesidad de incorporar en las caras exteriores de los pilares y las vigas, hormigón armado muy resistente que evite la degradación de la estructura a largo plazo.

Para garantizar la correcta adherencia con el hormigón existente se realizará una exhaustiva limpieza mediante chorro de arena y agua a presión. Además, se requerirá el aumento y recrecido de las bases de los soportes con hormigón armado.