El director artístico Jaime Azpilicueta cambió ayer por un día las tornas y fue el protagonista del acto que se celebró en el salón de plenos del Cabildo en el que se hizo efectivo su nombramiento como Hijo Adoptivo de Tenerife, un acuerdo plenario que contó con 25 votos a favor y dos en contra. Ese cambio de papeles se tradujo en un retraso en el inicio del acto.

El secretario de la Corporación insular glosó los méritos que constan en el expediente de honores de Azpilicueta (San Sebastián, 1941), desde su formación en Arte Dramático en el conservatorio de su ciudad natal, donde se especializó en dirección, interpretación, escenografía, dramaturgia, iluminación y caracterización.

La lectura de su biografía puso al descubierto el perfil de un joven prodigio: a los 18 años debutó como actor y poco tiempo después fue elegido director del Teatro Universitario de Guipuzcoa.

Ya en 1964, llega a Madrid, donde alterna trabajos teatrales -con más de 120 montajes- y para televisión. Otra curiosidad: trabajó como diseñador de vestuario en la serie "Historias para no dormir", de Chicho Ibáñez Serrador.

Curiosamente, este "midas" de la televisión también tiene su vínculo con el Carnaval de Tenerife, pues en la época del predecesor de Azpilicueta en la plaza de toros asesoró en el montaje al maestro de la zarzuela José Tamayo.

En Azpilicueta se descubre una faceta como autor dramático de éxito, con "Desnudos en Central Park", que permaneció dos años en cartel. También ayer se recordaron sus más de 80 programas musicales y dramáticos que escribió para Antena 3, Televisión Española y Radio Nacional, emisora esta última donde mantiene un espacio de teatro desde hace cinco años.

Su comedia "Sé infiel y no mires con quién", otro referente por su récord de permanencia en la escena española, sin obviar su éxito con musicales como las dos versiones de "Jesucristo Superstar", "Let my people come", "Yo quiero a mi mujer", "Víctor/Victoria" o "My Fair Lady"...

Pero el Cabildo tomó en consideración de forma especial su vínculo con el Carnaval y el impulso que ha dado al musical en Tenerife, con producciones que incluso se han acabado de preparar en la isla para "exportar" a la Península.

A las puertas de la gala del Carnaval, la misma que dirigió por primera vez en 1988, en la plaza de toros, el presidente del Cabildo, Carlos Alonso, recordó que Azpilicueta "nace" como Hijo Adoptivo en Carnaval. En la primera de las nueve galas que dirigió, Alonso recordó que el director vasco sufrió un sabotaje en su gala, pues "alguien" cortó los cables de la luz a mitad del espectáculo.

En la "historia de amor" que ha vivido Azpilicueta con Tenerife, como lo definió el presidente del Cabildo, fue pieza fundamental la entonces concejala de Fiestas, Maribel Oñate, quien un día echó mano del teléfono, llamó al hotel María Cristina y pidió hablar con el director del Festival de Cine de Donosti. Le propuso dirigir el Carnaval y aceptó.

Carlos Alonso, metido en parabienes a Azpilicueta, llegó a comparar al director con el mismísimo alcalde de la época, Manuel Hermoso, uno de los padres del reciente Carnaval, al recordar que gracias a los dos la gala salió a la calle: de la plaza de toros a la plaza de España.

Tras la entrega de la medalla corporativa y el título, un emocionado Azpilicueta, al borde de romper a llorar, agradeció los honores y apostó por recuperar el valor sincero de la amistad.

Cuando todo eran referencias al Carnaval -y faltó la concejala de Fiestas y el director de la gala (e hijo artístico de Azpilicueta)-, cerró el acto el Coro Juvenil Auditorio de Tenerife, que cantan como los ángeles; se echó de menos un "Santa Cruz en Carnaval". Y una más amplia presencia de la familia de don Carnal, que se limitó a Mamelucos, Orfeón La Paz, Peña del Lunes y Esteban Reyes, el comparsero decano, hoy en la reserva.