La falta de conservación por parte de los propietarios, las intervenciones realizadas en un local y la mala calidad del hormigón podrían ser las causas que provocaron el derrumbe del edificio situado en el número 12 de la calle Amelia Alayón de Los Cristianos, con el resultado de siete personas fallecidas.

Así se desprende de dos estudios de ingeniería encargados por el Ayuntamiento de Arona el pasado 19 de mayo --hechos públicos hoy martes por el Consistorio-- y que fueron entregados en septiembre y noviembre al Juzgado de Instrucción número 3 de Arona, que investiga el desplome del inmueble ocurrido el 14 de abril.

Uno de los estudios concluye que el colapso del edificio pudo ser debido a la falta del deber de conservación de los propietarios, y más en concreto al propietario en origen de uno de los locales situados en los bajos del inmueble, el cual intervino en la estructura dejando el edificio en una situación de equilibrio inestable y oculto a la vista.

Del segundo estudio se concluye que el derrumbe se debió a una muy baja calidad del hormigón en los pilares. Y de la investigación realizada se deduce que el desencadenante del hundimiento podría haber sido cualquier redistribución en las tabiquerías interiores del inmueble, pero no se descarta que hayan podido colaborar otros aspectos.

Así, en el informe se citan la ejecución poco cuidada de la estructura, una tipología estructural inadecuada o las sobresolicitaciones existentes en la estructura como consecuencia de los espesores de pavimientos o incluso la disposición de una vivienda en la cubierta. Se trataría en todo caso de efectos colaborantes, que en ausencia de un defecto en el hormigón como el descrito no habrían tenido trascendencia, aunque sí ponen de manifiesto la deficiente calidad general de la construcción, señala el estudio.

El Ayuntamiento de Arona encargó estos estudios para conocer las causas técnicas del siniestro y también para evitar acontecimientos similares en un futuro. El concejal de Urbanismo, Luis García, ha manifestado que el Consistorio quiere saber las causas técnicas del desplome, no las responsabilidades, porque "eso no es nuestra competencia y corresponde a la Justicia", remarcó. El Ayuntamiento señala, además, que se había decidido no hacer los informes públicos por respeto a la instrucción del procedimiento.

Dichas investigaciones formales en las ruinas del edificio, que entonces continuaban en pie hasta finalizar los estudios, comenzaron en la segunda quincena de mayo. Se emplearon ultrasonido, tomografía eléctrica, escáneres y drones para evaluar la estructura, además de tomar muestras en el lateral de la construcción que continuaba en pie.

El procedimiento incluyó todas las labores de investigación y evaluación preliminar tendentes a conocer el estado del edificio antes del siniestro: recopilación y estudio de la documentación disponible; inspección preliminar in situ; estudio del sistema estructural y de posibles patentes constructivas empleadas; análisis de la capacidad portante y aptitud al servicio de los elementos estructurales, etcétera.

Además, se llevó a cabo una evaluación detallada del estado de la parte del edificio no derruida y del resto de elementos y materiales escombrados, como análisis visual y fotográfico; propuesta de los elementos y materiales que debían ser objeto de ensayos destructivos y no destructivos; análisis de materiales y de la ejecución de la estructura; evaluación del estado de los elementos estructurales e identificación de los más dañados.

Asimismo, se incluyó el trabajo de evaluación avanzada tendente a conocer los posible factores y actores desencadenantes del siniestro (elaboración de hipótesis; situaciones de dimensionado; análisis estructural detallado; determinación de la seguridad residual en el momento que se construyó el edificio; posibles detonantes del siniestro; etcétera). Las ruinas del edificio se demolieron finalmente en julio de 2016.