Miles de personas asistieron ayer a los actos protocolarios con motivo de la festividad litúrgica de la Virgen de Candelaria, la Patrona General de Canarias. Ese patronazgo volvió a ser reivindicado ayer por el obispo de la Diócesis Nivariense, Bernardo Álvarez, quien en su homilía dijo que "para nosotros, en Canarias, es la fiesta de nuestra Patrona".

Esta vez no estuvo el presidente del Gobierno de Canarias, pero sí la vicepresidenta, Patricia Hernández, consejeros y directores generales del Ejecutivo regional. Sí acudió el presidente del Cabildo, Carlos Alonso, acompañado de miembros de su gobierno, además de la alcaldesa de la Villa Mariana, María Concepción Brito, y homólogos de la Isla, junto a la subdelegada, María del Rosario Cabrera, entre otras autoridades civiles y militares.

La procesión cívica del traslado del pendón, la recepción en la plaza, la misa central y la procesión alrededor de la plaza de la Patrona fueron los actos desarrollados en la franja horaria central del día de ayer, fiesta insular.

Monseñor Bernardo Álvarez ofició la eucaristía principal recordando la llegada al convento de dos padres dominicos en este "año jubilar, año de misericordia". En sus palabras, no evitó aludir a la corrupción: "Nos preocupa más que las cosas se sepan que las cosas en sí. Ese es el problema. Ahí trampeamos. ¡Mientras no se sepa! No, hermanos".

Tampoco eludió el terrorismo: " Ante el peligro de atentados, aparecen carteles" con la leyenda "si usted ve algo fuera de lo normal, dígalo". Para el obispo, siendo "un gesto de solidaridad, anunciemos también las cosas buenas".

Bernardo Álvarez anunció el desarrollo del Plan Diocesano Pastoral desde este año hasta 2020, un periodo que coincidirá con la conmemoración del bicentenario de la Diócesis Nivariense. Precisamente, el lema de esta iniciativa es "una diócesis en salida misionera".

Por la tarde, como también es tradición, la jornada concluyó con la eucarística de presentación a la Virgen de Candelaria de los niños nacidos durante el año. Hoy, festividad de San Blas, el programa de actos culminará con la misma que se celebrará a las ocho de la mañana en la Basílica y con la eucaristía que tendrá lugar en la cueva de San Blas a las seis de la tarde, con procesión posterior.