Como si de una profecía se tratara, Santiago Gutiérrez Suárez (Santa Cruz de Tenerife, 1931) entró en el Casino de Tenerife el 1 de mayo (día del trabajador) de 1944. Miembro de una familia de la zona de las Asuncionistas, cursó sus primeras letras en el Asilo Victoria y, tras su desaparición, en los salesianos; en ambos casos frente al desaparecido hospital militar. Como botones del Casino, hizo de la biblioteca su universidad. Con 5 años quedó huérfano de padre. El más pequeño de cinco hermanos, su madre, costurera, se vio obligada a poner a sus dos hijos a trabajar. Santiago Gutiérrez comenzó con 13 años en el mundo laboral y trabajó con quince presidentes del Casino en sus 53 años en la institución, 35 como gerente. Anoche recibió el premio más importante de la institución, el galardón Faustino Martín Albertos, la única distinción que no había recibido y justo en el 175 aniversario de la sociedad.

¿Cómo fueron sus inicios en el Casino?

Comencé como botones de la biblioteca del Casino.

¿Cómo llega a trabajar en el Casino?

Mi madre era costurera y trabajaba en casa de don Rafael Martín, secretario del Casino, y también cosía en las casas de don Félix Claveríe Rodríguez y de don Julio Fernández del Castillo. Mi hermano, José (ya fallecido), que era botones en el Casino, se incorporó al Banco Bilbao y me ofrecieron su puesto.

¿En qué consistía ser botones de biblioteca?

Tenía que ir a buscar las revistas a un estanco junto a la iglesia del Pilar. Llegaban por barco los viernes. En la biblioteca atendía a los socios; debía saber dónde estaban los libros en el fichero y tener todo organizado.

¿Cuántos trabajadores y personal había entonces?

Unos 20 trabajadores y mil socios; ahora hay unos 2.100 socios.

¿Y cómo progresa dentro de la institución?

Me gustaba mucho pintar. Una vez vino el gerente, me vio escribiendo y me dijo que tenía buena letra. Coincidió que había una cena con un ministro aquí. Fue en 1957. La imprenta no lo pudo hacer y me lo pidieron a mí. ¡20 menús en un día, y con letra gótica! Luego me mandaban las actas para copiarlas en los libros. De botones de biblioteca pasé a ordenanzas y de ahí, a administración.

¿Cuándo asciende a gerente?

Gumersindo Robaina trajo de gerente a Valeriano Weyler, y comencé a ayudarle. Luego vino la junta de Leoncio Oramas, en 1967. Se marchó Valeriano Weyler y, siendo don Luis Claveríe secretario, me encomendó la gerencia.

¿Algún problema en la gestión?

Una vez fuimos a pagar la nómina y no había dinero. Pedí ayuda a don Leoncio Oramas y me dio un cheque particular sin pedir un justificante; luego se pidió un crédito y se devolvió. Pero ese mes cobramos todos.

Cuáles eran los principales actos de la sociedad?

Después de la guerra, aunque no había una perra, la sociedad iba tirando. Teníamos como bailes tradicionales el Primero de Mayo y la reina de la Primavera; los carnavales y el baile del lunes de Carnaval. Aquí comenzaron los bailes de época, que decoramos todo el edificio. Otros bailes importantes, el día de La Concepción, y el 31 de diciembre En 1952, siendo presidente don Leoncio Machado, se instauró la presentación en sociedad en un baile de gala el 25 de diciembre.

¿Cuándo comenzó a ser el Casino un referente en la sociedad tinerfeña?

El Casino siempre ha sido un referente. En el año 50 fue aquí la visita de Franco, y el congreso de la Aviación Civil al que el Casino cedió durante 15 días todas sus instalaciones. Radio Nacional también nació en el Casino. También se gestaron aquí el Club Náutico y el Club Óliver.

¿Cómo se hizo el Casino con su sede actual?

Eran cuatro casitas y en 1840 se construyó el edificio antiguo, una casa canaria, hasta que en 1926 la junta de don Faustino Martín Albertos se propuso hacer uno nuevo, que se hizo por partes. La sede actual es obra del arquitecto Miguel Martín Fernández de la Torre, de Las Palmas; hermano de Néstor, el prestigioso pintor.

¿Cuándo fue inaugurado?

Esta sede se inauguró en 1935. El mismo día recibimos un telegrama del presidente del Cabildo don Antonio Lecuona, desde Madrid, que decía: "Alicia Navarro, Miss España"; antes había sido Miss Casino, Miss Santa Cruz y Miss Canarias.

¿El Casino es para una parte selecta de la sociedad?

El Casino está abierto para todo el mundo; tal vez antiguamente pudo ser así, pero desde los años sesenta y pico, con la junta de don Leoncio Oramas se abrió las puertas. Fue una junta que marcó una época.

¿Las actividades eran solo para socios?

Los bailes eran solo para socios; con la semana de música y el ciclo de conferencias se abrió a todo el mundo, desde 1967. La semana de música llegó a tener tanta categoría que sólo se podía entrar con corbata. Ya hoy en día entran en mangas de camisas. En 1968 hay actas que hablaban de un gimnasio, un proyecto que hizo suyo e inauguró hace dos años el actual presidente, José Alberto Muiños Gómez-Camacho.

¿Han abierto las normas para la admisión de socios?

Sí, sí, se han abierto... Eso ha cambiado.

¿Al igual que la participación de la mujer en la sociedad?

Antes había salones donde no podían entrar las señoras. Todo eso cambió. Desde la llegada de la Constitución las señoras también pueden ser socios propietarios y directivos. La normativa antigua se le reconocía a un hijo un derecho diferente a una hija. Desde los años 80, con don Opelio Rodríguez Peña, se les reconocen los mismos derechos. Gracias a él se recuperaron las oficinas alquiladas a asesorías.

¿El Casino ha influido en la vida política de Santa Cruz?

Casi todos los alcaldes de Santa Cruz han sido directivos del Casino. El Casino siempre ha tenido una influencia política bastante grande. Todos los presidentes del Cabildo de Tenerife hasta Ricardo Melchior, con la salvedad de José Segura Clavel, han sido socios o directivos del Casino.

Distinciones del Casino para Ricardo Melchior y Santiago Gutiérrez

El Casino de Tenerife celebró ayer su día grande con una eucaristía en la iglesia de San Francisco que dio paso a la entrega de distinciones, en el salón principal de la sociedad. Tras la intervención del presidente del Gobierno canario, Fernando Clavijo, se otorgó el título de Socio de Mérito e imposición de la Insignia de Oro y Brillantes a Ricardo Melchior, actual presidente de la Autoridad Portuaria, y se concedió el premio Faustino Martín Albertos a Santiago Gutiérrez./ jesús adán