Ana y Julio forman una pareja de mediana edad que reside en Fasnia. Ayer decidieron pasar una mañana distinta en la capital tinerfeña y, junto a su nieto Mario, acudieron desde bien temprano a la llamada del octavo y último por este año "Ven a Santa Cruz", el día de apertura comercial dedicado al ocio, las compras y la restauración.

Nada sabía esta familia del Sur sobre alertas meteorológicas ni suspensiones de actos organizados para dinamizar el día. Ellos llegaron a Santa Cruz justo cuando el cielo se abría tímidamente para dar paso a un clima primaveral que invitaba a salir a la calle y disfrutar. Nada quedaba de la lluvia, acompañada de otros fenómenos tormentosos, de primera hora.

Mario gozó decorando y recortando cartulinas en la carpa instalada para los niños en la plaza del Príncipe y en la del Chicharro insistió tanto que sus abuelos acabaron dejando que le pintaran la cara en el taller montado allí por varias maquilladoras.

La siguiente parada (y fonda) la impusieron esta vez Ana y Julio: el desayuno-almuerzo en una de las muchas terrazas abiertas por toda la zona centro.

Después de reponer fuerzas, el recorrido de la familia terminó en la calle Castillo donde se instalaron en esta ocasión los veinte puestos de los artesanos de Crearte, entre las calles José Murphy y Cruz Verde. Allí Mario jugó con las marionetas, Ana se interesó por los trabajos de cestería y Julio quedó prendado por una de las variadas actuaciones musicales que dinamizaron ayer las calles chicharreras.

No faltaron las compras para culminar la ruta. Un perfume para ella, unos zapatos para él y un juguete para el niño. Con los presentes encaminaron sus pasos hacia el Intercambiador para coger la guagua que les devolvería al Sur de la isla.

Ana, Julio y Mario forman parte de una estadística fría, pero su excursión demuestra que es posible "abrir" Santa Cruz y darle vida a esa "bella durmiente" de la que algunos hablan. Queda camino por recorrer como muestra la diferencia entre el 60% de apertura de los comercios y el 91% de los bares. Pero lo que parecía una pequeña locura allá por el 7 de abril cuando comenzó la iniciativa ha derivado en generación de riqueza para una ciudad que la necesita. De momento, hasta el año que viene.