Lo han dicho los poetas del pasado y se volvió a constatar ayer, como es que cuando la romería de San Benito recorre la ciudad de La Laguna la perfuma a vino de afamadas bodegas y a campo con la presencia del trigo en las carretas o el ganado que duerme, vive y produce leche en los establos de La Vega.

Las carretas trazaron surcos costumbristas en el pavimento de las calles y los romeros los sembraron con isas que dieron el fruto de la alegría en el corazón del visitante.

Lo más notable es que tanto los romeros como el gran público se unieron y formaron una masa compacta con la bandera muy alta del ideal de disfrutar y rendir homenaje al folflore de una romería que es patrimonio de todos.

Un año más se constató que la romería lagunera tendrá futuro por la elevada presencia de niños pequeños vestidos con trajes típicos, y hasta la popular fiesta contó con un aniversario como fue los 30 años que cumplió la agrupación folclórica San Benito, que, un año más, con parejas de la misma, fue la encargada de la ofrenda al santo con cestas de flores delante del patrón de los labradores.