La romería de San Benito Abad de La Laguna demostró, un año más, que es poseedora de su título de Regional, ya que hizo ayer florecer en el casco histórico el más puro tipismo y la alegría, gracias a unos romeros que lucieron las más bellas vestimentas tradicionales y lanzaron a los cuatro vientos los cantos más representativos del folclore musical canario, con una asistencia de público mayor que en años anteriores a pesar del fuerte calor.

Los actos dieron comienzo, a las 9:00 horas, con una misa y la bendición del pan de San Benito, que muchos se llevan cada año para comérselo o guardarlo en sus casas para bendecir y proteger, respectivamente, sus cuerpos o sus hogares.

Desde primeras horas, los puestos de turrones ya vendían el típico dulce, mientras los ventorrillos echaban en los sartenes los adobos que lo perfumaron todo con el sabor de la tradición gastronómica.

A las 11:00 horas dio comienzo la misa oficial, que dio paso a la bendición del ganado, para acto seguido empezar la romería, en la que no faltaron las danzas, los rebaños de cabras, los barcos, las parrandas o los grupos folclóricos y un total de 40 carretas.

La belleza de la mujer canaria estuvo representada por la romera mayor, Noelia Afonso Molina, que recorrió la ciudad en su carreta, símbolo relevante de la romería que en La Laguna mantiene aún su decoración con elementos del campo.

Unas carretas en las que se podían ver pegatinas con alusiones críticas al PGO por la supresión del plan de La Vega, al igual que en chalecos de romeros.

La romería de San Benito, como dijera el alcalde, Fernando Clavijo, fue un buen momento para volver a los orígenes, a la esencia y a todo aquello que ha hecho de "La Laguna un lugar en el que se guardan las tradiciones más ancestrales y se exaltan los frutos de la tierra y a quienes, con esfuerzo, los recolectan".