El presidente-portavoz del Grupo Popular en el Cabildo, Antonio Alarcó, afirmó ayer que "la interinidad siempre es mala en la administración pública", en alusión al anuncio realizado por el presidente de la corporación, Ricardo Melchior, de que dejará el cargo señalando como su sucesor al vicepresidente segundo de la institución, Carlos Alonso.

Dejando claro su "respeto profundo" a la decisión individual "de quien se ha dedicado muchos años a la política", Alarcó aclaró que la legislación vigente solo alude a la elección directa del presidente del Cabildo y que la circunstancia que se presenta con el anuncio de Melchior se registra por primera vez.

"El Pleno es soberano", enfatizó el consejero insular del PP, a pesar de que en la referida legislación "el Pleno no elige al presidente". En cualquier caso, Alarcó recordó que "el tiempo dirá cuándo se va, quién le sustituirá y cómo se elegirá".

El hecho de que el Cabildo aparezca como una de las administraciones con mayor endeudamiento, según datos de la Audiencia de Cuentas, alcanzando los 535,2 euros por habitante y un montante global de 519 millones (era el año 2010, cuando el gobierno insular lo formaron CC y PP), lleva a Antonio Alarcó a manifestar que "somos corresponsables" de esa situación.

A renglón seguido, el presidente portavoz del Grupo Popular matizó que su partido "cumplió" todos los puntos del pacto "hasta el final del mandato enteros y transparentemente". Pero el hecho de gobernar en pacto obliga a "pactar unos puntos, pero otros, no".

Antonio Alarcó aprovechó su comparecencia de ayer ante los medios de comunicación para aludir a la moción de censura que permite a su partido tener la Alcaldía de Güímar desde el viernes pasado, en pacto con CC y Alternativa por Güímar (AxG). Lo hizo para defender que fue "un acto democrático", pero, sobre todo, para criticar la intervención del portavoz socialista, Carlos Romero, definiéndola como "repugnante y absolutamente abyecta", ya que "pasó la línea roja", entendiendo que "discriminó" a la alcaldesa, Carmen Luisa Castro, "por ser mujer". Además de recriminarle que "está tardando mucho en pedir perdón", expresó su "deseo" de que "hayan sido unas declaraciones desafortunadas e individuales".

Defendió la ruptura del pacto con el PSOE por parte del PP con el argumento de que "llevaban meses discrepando, llegando a sentirse ninguneados", y se mostró rotundo cuando afirmó que lo ocurrido "no tiene ningún efecto dominó; no hay detrás nada más que una moción de censura en Güímar, nada más; no tiene que ver con ningún movimiento insular ni regional, ninguno". Finalmente, manifestó que el ministro José Manuel Soria "no tiene nada que ver ni está en ninguna maniobra".